Tuesday, 16 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1283

O garoto de 150 milhões de euros

Este escocés de 26 años, de ojos verdes y barba de pocos días, bien uniformado con traje y chaleco, es uno de tantos blogueros que, desde el rincón de una habitación, fantasearon con vivir algún día de su propio invento. La diferencia es que este “Brad Pitt de Internet” —así lo ha bautizado desde su portada el diario británico The Times esta misma semana— realmente podría cumplir su sueño.

Con un apellido, Cashmore, que más que un juego de palabras parece un juego del destino —cash significa efectivo en inglés, y more, más—, podría ingresar cerca de 200 millones de dólares (unos 150 millones de euros) si se decide a vender Mashable, su portal dedicado a la tecnología, Internet y las redes sociales, a la poderosa cadena de noticias CNN.

Pocas publicaciones han desa­provechado la ocasión para señalar que este “playboy de Internet” ya tiene novia, Lisa Bettany, una fotógrafa y creadora de aplicaciones para iPhone. Porque Cashmore “no es una herramienta de Internet cualquiera”, subraya la revista Details; “él está aquí para romper corazones”. Alguien “injustamente atractivo”, ironiza el portal de cotilleos Gawker. Una estrella en ciernes a quien Forbes se jacta de haber puesto el foco cuando, en 2009, lo seleccionó como uno de los 25 talentos más prometedores dela Red.

¿Y qué dice Cashmore de todo esto? Bien poco. En contraste con fábricas de titulares como Face­book o Twitter, el escocés ha mantenido un perfil bajo que le ha permitido construir sigilosamente una referencia imprescindible para los amantes de la tecnología.

Los rumores de la inminente operación coincidieron con la presencia esta semana del escocés y varios ejecutivos de CNN en el festival South By South West (SXSW) en Austin, Texas. El fundador de Mashable se apresuró a desmentirlos, para descubrir inmediatamente que la curiosidad global hacia su figura no había hecho más que multiplicarse.

Cashmore lanzó su blog con 19 años desde Banchory, una población rural cercana a Aberdeen (Escocia), mientras convalecía de una operación de apendicitis. Tardó meses en contratar a un segundo empleado, y casi dos años en atraer anunciantes. Con apenas 40 personas en nómina, seduce ahora a 12 millones de usuarios únicos al mes. Amén de los casi cuatro millones de seguidores en diferentes redes sociales que, además, recomiendan sus noticias decenas de miles de veces a la semana. Y convierten las opiniones que bloguea en noticia.

Con todo, Cashmore es un geek atípico. Rehúye, por ejemplo, los vaqueros y las zapatillas que habitualmente uniforman a los geniecillos de Silicon Valley. Y tiene una presencia que cotiza en fiestas de San Francisco a Nueva York, al estilo de las estrellas de Hollywood.

Details consiguió entrar en una de esas fiestas, donde el bloguero, “violentamente atractivo” y con una mandíbula “de superhéroe”, cortejó la sala repartiendo abrazos, posando para fotos que en pocos minutos circulaban por las redes sociales como un trofeo, y dando lecciones de lo que es una “gira mundial de Mashable”. Una fama que cultiva en beneficio de su producto, dice, pero que también le distrae. Por ello prefiere mantener la oficina en su casa de la mediáticamente remota Escocia.

Su éxito es inseparable de la revolución 2.0. La ola alimentada por Facebook, Twitter, Tumblr o YouTube se ha tragado a muchos, expertos e inexpertos. Cashmore decidió domarla. La velocidad de crecimiento de Mashable fue paralela a la voracidad con que los usuarios de las redes sociales reclamaban información para desenmarañar la selva tecnología. En 2005, Cashmore llegaba justo a tiempo para llenar parte del hueco. Un don para la oportunidad que será clave en la venta a CNN (en cuya web, por cierto, publica una columna semanal), si es que finalmente accede.

Ya rechazó una oferta similar por parte de AOL en 2009, y parece haber mantenido la cabeza fría desde entonces. TechCrunch, el blog especializado con el que compitió desde sus comienzos, sucumbió a una oferta de AOL, vio marchar a su creador, Michael Arrington, y desde hace más de dos años no consigue superar a Mashable. A otra publicación similar, Gizmodo, no le bastó el hecho de operar bajo el garante paraguas de Gawker y de su visionario fundador, Nick Denton, y pecó de atrevimiento al robar un prototipo de iPhone 4 y publicar las imágenes. El bloguero se ganó dos llamadas personales —que no amables— de Steve Jobs y acabó pidiéndole disculpas.

Pete Cashmore decidió que Mashable cubriría todos los aspectos del mundo de la tecnología, desde medios de comunicación hasta redes sociales y aplicaciones. Publica la cotización en Bolsa de las compañías más importantes y se mantiene alejado del pago por artículo —o por visitas a una página— con el que experimentan otras publicaciones similares. Si el Congreso de Estados Unidos quiere ponerle muros a Internet, ahí está Mashable para declarar su rechazo. Sin ruido, sin escándalos. Y representado por el elegante rostro de Cashmore.

Tras siete años al frente de su página, quizá ahora le descubran en su Escocia natal, donde apenas se han enterado de que existe.

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Febrero de 2004. Mark Zuckerberg (Nueva York, 1984) funda Facebook. Ocho años después, con más de 800 millones de usuarios –más de la mitad visitan la página a diario–, prepara su cotización en Bolsa. Se espera que salga el próximo mes de mayo por un valor de más de 100.000 millones de dólares, cifra que dejaría en ridículo la cotización de Google en 2004, que quedó en 24.000 millones de dólares y convertiría en millonarios a un puñado de sus empleados e inversores iniciales.

Marzo de 2006. En San Francisco, Jack Dorsey (St. Louis, Misuri, 1976) publica su primer tuit y consigue comunicarse a través de Internet con mensajes de menos de 140 caracteres con Biz Stone y Evan Williams. Acababa de nacer Twitter, que no saltaría a la fama hasta un año después —gracias al festival SXSW—

y que se convertiría en una herramienta imprescindible para millones de personas en apenas 24 meses. La compañía fue valorada en 100 millones de dólares en 2011.

Abril de 2007. David Karp (Nueva York, 1986) aprovecha su regreso de Japón y la influencia de la cultura nipona para crear Tumblr, un servicio gratuito a medio camino entre los blogs tradicionales y Twitter, con el potencial de una red social como Facebook —aunque todavía sin alcanzarlo—. Tiene su sede en Nueva York, aloja más de 46 millones de blogs y recibe 13 millones de visitas únicas al mes. Los inversores le dan un valor similar al de Twitter. Es la plataforma en la que Obama vuelca su blog oficial.