Tuesday, 23 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1284

‘Assange? O mundo não precisa de outro Messias’

Daniel Domscheit-Berg (Alemania, 1978), activista tecnológico -sea lo que sea lo que eso significa- y principal colaborador de Assange durante años, dejó Wikileaks el pasado septiembre y ha creado su propio proyecto, Openleaks, que pretende estar plenamente operativo en unos meses. Está a punto de publicar un libro con un título explícito: Dentro de Wikileaks: mi tiempo con Julian Assange en la web más peligrosa del mundo, que no es precisamente una hagiografía del australiano.

Pregunta. ¿Cómo fue su salida de Wikileaks?

Respuesta. Trabajé allí durante tres años en funciones muy diferentes. Analizando documentos, redactando artículos y finalmente como portavoz oficial del proyecto. No éramos muchos, cada uno tenía su rol y todos eran igual de importantes. En mi opinión, todo iba bien hasta que en un momento dado eso se rompió y Julian Assange empezó a acaparar demasiada atención, el proyecto adquirió tintes de un personalismo exagerado y Assange adoptó un papel político con el que estaba y sigo estando en desacuerdo. Parecía que Wikileaks era un proyecto personal para convertir a Julian en alguien influyente políticamente. Al final ha acabado poniéndose a él mismo y a todo el proyecto en peligro. Y eso no era necesario. El mundo no necesita otro Mesías, no necesita otro gurú, otro líder, otra estrella del pop.

P. ¿Cuáles son las diferencias principales entre su proyecto y Wikileaks?

R. Sencillamente intentamos ser menos. Menos que Wikileaks. Como en el caso de Wikileaks, se trata de seguir más o menos el mismo camino: poner en marcha una caja en la que de alguna manera se diversifique el proceso de hacer llegar al público información relevante, al tiempo que se garantiza la neutralidad y se protege a las fuentes. Pero sin hacer más de la cuenta: sin jugar ese rol político que han adoptado Assange y Wikileaks. Preferimos garantizar más la neutralidad; creemos que eso es más importante. Una quinta parte de nuestros socios serán elegidos en una votación pública. No queremos que una sola organización resuelva todos los problemas; queremos que muchas más organizaciones de las que colaboran con Wikileaks puedan usar ese mecanismo.

P. ¿Cómo cambia que Al Jazeera y el New York Times preparen ese tipo de proyectos y vayan surgiendo Brusselsleaks, Greenleaks o Indoorleaks?

R. Es una noticia estupenda que refuerza nuestra filosofía. Nosotros seremos un competidor más, una alternativa a Wikileaks. Y esa diversificación, que consiste en dar poder a muchos, es muy positiva. Así es como funciona la democracia.

P. ¿Cuánto dinero necesita?

R. Esperamos levantar en torno a un millón de euros en donaciones. Pero por ahora no tenemos un céntimo.

P. ¿Lo que hacen es periodismo?

R. No lo creo. Tal vez hay algunas cosas de las que hacemos que se le parecen, pero no es periodismo. Somos proveedores de tecnología. Eso es todo.

P. El objetivo es, de alguna manera, forzar a los Gobiernos a que haya una mayor transparencia informativa. ¿Podría provocar todo este movimiento más secretismo?

R. Puede ser. Tal vez el cablegate ya lo ha provocado. En Davos mucha de la gente con la que he hablado no quiere escribir una sola palabra en el correo electrónico acerca de temas que puedan traerles complicaciones. Esa es la prueba de que algo está cambiando.

P. ¿Qué opina de quienes opinan que Wikileaks y ese tipo de proyectos tratan simplemente de satisfacer una curiosidad morbosa, como ha dicho Vargas Llosa?

R. Hay buenos argumentos para defender eso, pero me parece que es injusto decir que muchas de esas revelaciones que han aparecido satisfacen únicamente una curiosidad morbosa de la gente: el revuelo está más que justificado en algunos casos.

P. A Assange abrir ese debate le está dando serios problemas. ¿Teme algo parecido?

R. Yo soy más pragmático. Él es un visionario, yo un ingeniero. Es un tipo muy inteligente, uno de los más inteligentes que conozco. Ha hecho grandes cosas. Pero a la vez es una especie de dictador, un autócrata. Creo que hay que medirle con esas contradicciones: por un lado toda esa filosofía de la transparencia, de la democratización de la información; por otro, la forma tan personalista, tan dictatorial, con la que ha acabado llevando todo esto.

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El cazador cazado

Como el cazador cazado, una filtración en la Red del diseño de Openleaks obligó esta semana a su equipo a abrir a todos los públicos el nuevo sitio: ‘Algún impaciente posteó un pdf en cryptome.org en el que ha filtrado el contenido de la web que aún estamos preparando’ dice la primera entrada del apartado de Noticias de Openleaks. El nuevo portal de filtraciones trabaja ya, no obstante, en lo que llaman ‘fase alfa’ del proyecto y que incluye a un grupo seleccionado de ‘medios, organizaciones y ONG’ destinatarios de las filtraciones.

Si el sistema funciona, para abril o mayo se pasará a una fase beta en la que se incorporarán participantes. Si esta segunda fase de pruebas también sale bien, hacia finales de verano se podrá contar con una primera versión.

Openleaks se perfila como un servicio de gestión de la información. No la almacena, ni decide quién tiene acceso a ella, ni si se hace pública. De esta manera garantiza su neutralidad y transparencia. Será una herramienta que ofrezca la posibilidad de tener muchos canales de entrada de información y muchos de salida independientes. Los datos estarían repartidos por la infraestructura de la red creada por las organizaciones participantes.

El proceso de filtrado de información tiene varias fases: algunas en las que se centra Openleaks (saber cómo y dónde entregar los documentos y desvincularlos de las fuentes) y otras de revisión y publicación. En primer lugar, quieren proporcionar una base de conocimiento legal y técnico que asesore a las fuentes y a las organizaciones interesadas en recibir dicho material. Segundo, quieren dar a la fuente de información más poder de decisión sobre quién la recibe, en cuánto tiempo la cotejan y publican y, si no es así, decidir si dicho material pasa a disposición de otras organizaciones.

Openleaks ofrecerá mecanismos automáticos que desvinculen a las fuentes de los documentos suministrados, garantizando así el anonimato de estas. (P.S.C.)