Tuesday, 23 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1284

José Miguel Larraya

‘Las reyertas, enfrentamientos con agresión física, no han llegado todavía a los platós de televisión en España. Por los menos en los programas de debate y análisis político. En otros países ponen guardaespaldas en los estudios, por si acaso, pero suele ser en programas sobre la vida personal de los invitados -historias de amores y desamores-, con amantes y esposos equivocados o engañados, qué más da. Aquí los programas llamados rosa son casi más tranquilos, aparte del griterío habitual de las / los tertulianos y la indignación impotente de las víctimas del voyeurismo nacional. La creciente violencia verbal está en los debates llamados políticos. Y es entre periodistas que más que información desenfundan opiniones. Es decir, periodistas con línea editorial. Y es que las líneas de separación entre información y opinión se han vuelto cada día más borrosas.

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En su pluralidad social, el país debe mantener cohesión y símbolos comunes

Un lector, que pidió no ser citado, llamó al Defensor para señalarle su interés por un artículo que se publica bajo el epígrafe Leído en ELPAIS.com, en la sección Pantallas, y que recoge diariamente lo más visto en EL PAÍS digital. El lector apuntó que, según se publicó el pasado viernes, lo más leído el día anterior y lo más visto en la semana había sido una bronca entre periodistas. Récord para la bronca de Isabel San Sebastián. La pieza y el vídeo de la escena recogían la discusión de la periodista con su colega José María Calleja en el programa de televisión 59 segundos. El lector añadió que lo más visto en el mes era una información de Ernesto Ekaizer. Aguirre pidió al Rey ´trato humano` al periodista que le exige abdicar. ´Se da cuenta de que según sus lectores los periodistas, sus peleas, son de máximo interés. ¿Hasta qué punto siguen ustedes en el medio escrito, para decidir sus prioridades informativas, el interés que los lectores demuestran en la edición digital?´.

Las estadísticas sobre lo más visto y valorado en la edición digital están al alcance de cualquier lector de la web con sólo pinchar en lo más visto. El artículo que publica diariamente la sección de Pantallas refleja una variedad de intereses en los que predominan palabras como sexo, Aznar, Madelaine [la niña británica desaparecida en Portugal] , Alonso y cualquier vídeo pintoresco, con ventaja para los que contengan sucesos violentos. Pero los medios, y el electrónico es cada día más audiovisual en su lenguaje, se definen por más cosas que lo más visto. En los medios impresos es difícil saber qué es lo más leído, pero se sabe que hay prensa de información general y prensa especializada en deportes, economía, etcétera. Y se sabe que hay prensa amarilla aunque se vista de seda.

El Defensor pidió la opinión de Mario Tascón, director general de contenidos de Prisacom.

´La lista de ´lo más leído` es generada de forma continua por un programa informático atendiendo a las consultas de los lectores. Normalmente, viene acompañando a cada noticia una lista con lo más leído en las últimas 24 horas. Hay estadísticas también de lo más leído en los últimos siete días y el último mes´.

´El software controla e intenta evitar los intentos de modificación de la herramienta estadística para evitar abusos y manipulaciones con diferentes sistemas. Asimismo, entran bajo su contabilización no sólo las noticias ofrecidas en formato textual, sino también las fotos, vídeos y audios que ELPAÍS.com ofrece a sus lectores. Quizás el nombre correcto de la herramienta debería ser ´lo más visto / escuchado´. El hecho de que los dos medios (papel y web) sean muchas veces tan distintos llama la atención, especialmente a quienes son lectores del papel y están menos habituados a los consumos informativos entre los más jóvenes (principales lectores de la versión digital). De una web se esperan más directos, más información de última hora, y, por qué no, más entretenimiento, como en las televisiones´.

Los acontecimientos de rabiosa actualidad disparan la actividad de la web, especialmente aquellos que por su horario no han sido cubiertos por las ediciones de papel. En una web, además, se mira más que se lee. Por otro lado, el diario parece más hecho para la lectura y el análisis reposado, por lo que si pudiéramos medir en igualdad de condiciones lo más leído en el papel y lo más leído en la web, en muchísimas ocasiones no coincidirían. En la actualidad, muchos medios convencionales tienen la tentación de hacer sus versiones según las estadísticas del día anterior en su web. Sería un grave error. Aunque también es cierto que la lista de lo que más lee la gente puede alertarnos sobre acontecimientos y noticias que han podido pasar inadvertidas entre la agenda informativa de los medios de comunicación.’