Friday, 19 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1284

Tomàs Delclós

¿Usa este diario cuentas falsas en las redes sociales, por ejemplo en Twitter, para promocionar sus noticias? Un lector, Javier Carriba, planteó la cuestión al comprobar que varios perfiles compartían de forma inmediata noticias recién publicadas.

“Os escribo”, decía en un mensaje, “porque mirando Twitter he visto por casualidad que siete perfiles han compartido una misma noticia de EL PAÍS a la vez. Me ha parecido bastante extraño. Al entrar en cada uno de ellos he comprobado que, en varios, la segunda noticia también coincidía. Por ello, he seguido mirando, llegando rápidamente a la conclusión de que son perfiles falsos que únicamente se dedican a compartir noticias de EL PAÍS”.

La respuesta a esta razonable sospecha es: rotundamente no. ¿Entonces, a qué se debe esta actividad automatizada de tuits? Lo he consultado con la responsable de Redes Sociales, Guiomar del Ser.

“La creciente presencia en las redes de compañías y celebridades ha estado acompañada de la también creciente necesidad de acreditar influencia y visibilidad. El contador más inmediato de estas aspiraciones, el número de seguidores que exhibe todo usuario en su perfil, es un exponente de valor que (como otros) puede trucarse. Las cuentas fantasma de Twitter son uno de los instrumentos más visibles de estas prácticas. Forman parte del mercado artificial de seguidores que muchas empresas explotan como servicio a marcas y particulares en busca de relevancia en esta red social”.

Como explica Del Ser, “estas cuentas se replican por miles, suelen aparentar estar vinculadas a una persona real con foto y biografía verosímiles, pero están administradas por programas informáticos que, entre otras cosas, determinan los perfiles a los que deben seguir y tuitean automáticamente el contenido que capturan en distintas fuentes. Una de las más recurrentes son los medios de comunicación que, como EL PAÍS, distribuyen su información en Internet de forma regular”.

“En el mercado de seguidores al peso”, prosigue la citada responsable, “son más valiosas las cuentas que aparentan estar vivas publicando contenido actualizado y relevante que en ocasiones coincide con los temas del momento (trending topics), lo que equivale a mayor visibilidad. Esto explica que haya centenares de perfiles falsos que únicamente tuitean enlaces a noticias de medios procedentes de sus hilos RSS (sistema automático de distribución de contenidos que en inglés se conoce como Really Simply Syndication)”. El diario, pues, no usa cuentas que no sean las del propio medio para proyectar sus contenidos en la Red y estos tuits son producto de la actividad de los citados robots, manejados por terceros.

Por otra parte, un lector remitió una queja porque, como participante del Foro Abierto (al que se accede por invitación tras solicitarlo el lector, de quien se comprueba que ha acreditado una actividad acorde con las normas de conducta que rigen el foro general), envió un comentario en el que adjuntaba el enlace a un vídeo y fue borrado sin que el mismo albergara contenido censurable.

El motivo radica en que, cuando se abrió este nuevo y selectivo foro, se publicaron las normas de conducta que regirían su administración por parte de la empresa encargada de la moderación.

Entre los criterios publicados con motivo de la apertura del citado foro figuraba literalmente que “las fotos y los vídeos serán rechazados”. Norma a la que se atenían los responsables de la moderación. Sin embargo, en las reglas publicadas en la página digital del propio Foro Abierto, esta norma no figura.

Al detectar la contradicción, el departamento de Participación consideró que el criterio aplicable es el que figura permanentemente en la página del Foro Abierto y así se ha comunicado a los responsables de gestionar la moderación del mismo.

Los vídeos y las imágenes tienen un tratamiento en el Foro Abierto idéntico al espacio más general de comentarios de Eskup.

El año pasado se tomó la decisión de impedir que las imágenes y los vídeos se vieran por defecto. Como comenté en su día, “la gama de material visual impropio está dominado por contenidos ajenos al tema que propone la noticia, convirtiéndose en una interrupción desagradable de la conversación educada que intentan mantener otros lectores”.

Para evitar la notoriedad que tenían estas ocurrencias visuales, que van de lo insustancial a la grosería o el insulto, se decidió suprimir la posibilidad de mostrarlas por defecto, sin que hubiera por parte del lector ninguna acción expresa para consultarlas.

Cuando un participante en el foro añade una imagen o un vídeo, no es visible automáticamente. En el comentario aparece una pestaña, Ver imagen, que da la opción de consultarla al lector que está siguiendo el hilo de los comentarios, pero la imagen sigue invisible para el resto de lectores que no hayan activado esta opción.

Varios diarios excluyen la publicación de imágenes en los foros. EL PAÍS mantiene la posibilidad de publicarlas, pero con esta fórmula busca evitar que los lectores tengan que contemplarlas de forma involuntaria y supongan una interrupción no deseada en la conversación. Ello no ha de suponer, por otra parte, ninguna permisividad sobre las que albergan contenidos insultantes o delictivos, que deben ser igualmente borradas.

En Eskup la moderación es a posteriori de la publicación del mensaje, textual o gráfico, por lo que los contenidos inapropiados, incluso en el caso de una reacción rápida de moderación tienen inevitablemente un periodo de notoriedad.

Una fórmula que debería repensarse.

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Tomàs Delclósé ombudsman do El País