Tuesday, 23 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1284

Camilo Valdecantos

EL PAÍS

"?Masculino… y femenino?", copyright El País, 11/11/01

"?Qué fino hilan y qué agudeza la suya para descubrir resabios de machismo hasta en las páginas de decoración!

El Defensor ha recibido dos llamadas telefónicas de mujeres periodistas que aseguraban hablar en nombre de otras -compañeras o de distinta condición profesional- para quejarse por las páginas de decoración que se publicaron el domingo pasado en El País Semanal (EP[S]).

Carmen Baudín publicó ocho páginas enfrentadas, con grandes fotografías, textos breves, un titular que resultó arriesgado –Masculino… y femenino– y una breve entradilla con un reto que sonaba inocente y divertido. ??Una mujer decora su casa en forma diferente a un hombre? La respuesta no es excluyente, pero lo que sí es cierto es que en muchas ocasiones se puede adivinar cuándo en un ambiente ha predominado el gusto masculino o femenino. Le invitamos a descubrirlo?.

La invitación fue aceptada y los anfitriones se han encontrado con que la fiesta no fue a gusto de todas. Además de las quejas telefónicas, el subdirector de la edición dominical y responsable de EP[S] ha trasladado al Defensor una carta firmada por Puri Noya en la que denuncia lo que, a su juicio, constituye un ejercicio de ?machismo, esta vez subliminal, escondido de forma muy delicada en un reportaje sobre decoración, pero en el que son patentes los tópicos?.

La primera doble página mostraba el dormitorio. Sobre la mesilla de él, libros; sobre la de ella, ropa y jarrones.

En el salón, la zona masculina mostraba en primer plano periódicos; la femenina, más ropa, un pintalabios junto a una agenda y algún disco.

El comedor-zona de trabajo mostraba para el hombre una mesa rectangular con flexo y papeles con pinta de exigir estudio y atención; para la mujer, una mesa redonda y revistas.

Por fin, en el vestidor, él tiene periódicos con una cámara fotográfica, mientras que ella acumula más ropa y un perfume.

También los textos acentuaban las diferencias. Los referidos al salón destacaban que en la zona masculina la ?estrella? era una butaca cercana a los periódicos, mientras que en la femenina ?la protagonista? era una ?cómoda chaise longue para tumbarse?.

El Defensor se ha rendido a la agudeza de quienes protestaban y ha pedido a Carmen Baudín que explicase la elección de los elementos decoradores.

?Reconozco mi error; no me di cuenta?. Baudín, con magnífico talante y sin la mínima tentación de recurrir a la disculpa, aceptó muy deportivamente que el conjunto de las imágenes no era afortunado.

Luego explicó que en la revista de este domingo puede verse a una pareja en la cocina, y es él quien lleva el delantal y a una mujer leyendo el periódico.

?Sólo intenté mostrar que la mujer, a la hora de decorar, suele adoptar formas más relajadas, más curvas, con color, frente a una cierta rigidez por parte de los varones?.

Lo cierto es que el propósito quedó desvirtuado, en opiniones de varias lectoras. Puri Noya señalaba en su carta: ?Estos pequeños detalles no son imperceptibles para la gente que quiere acabar de una vez por todas con ese tipo de tópicos que acaban siempre perjudicando la igualdad?.

Muslos en el Congreso

En el mismo número de EP[S], Arcadi Espada firmó una entrevista con la ex alcaldesa de Zaragoza y presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi.

El diálogo transcurría fundamentalmente sobre cuestiones biográficas y personales de la señora Rudi. También ha despertado la suspicacia feminista y también, en este caso, en ámbitos periodísticos. El Defensor ha recibido, por teléfono y de palabra, algunos reproches por supuesto machismo.

Espada trataba de indagar sobre la imagen de las diputadas del PP durante los años de oposición con expresiones como ?y piernas, sobre todo le pusieron piernas?, o que ?aparecían enseñando los muslos a la mínima ocasión?. Una pregunta sobre quién cuidó de ella al perder a su madre cuando tenía unos 27 años parece haber soliviantado a varias lectoras.

A la vista de las reacciones que ha provocado, parecía oportuno conocer las explicaciones de Espada.

En síntesis han sido éstas: ?Me sorprenden las protestas y me parecen una muestra del consenso que parece preestablecido sobre lo políticamente correcto. Se trata de una entrevista en un suplemento semanal, no en páginas políticas, y se trata de una personalidad pública cuya biografía es casi desconocida, pero que los ciudadanos tienen derecho a conocer?.

Sobre la pregunta del cuidado tras perder a los padres contraargumenta que, si se la hubiese formulado a un hombre, alguien podría reprocharle que insinuaba que las mujeres están para cuidar a los varones.

Lo más fundamental para Espada es el hecho de que todas sus preguntas sobre las piernas o los muslos no están formuladas en tono personal a la entrevistada, sino como reflejo de ?una imagen, un auténtico icono de la transición política del PP, cuando buscaba la modernidad. La propia presidenta admite que la sociedad tenía una imagen muy antigua de lo que eran y que querían cambiarla. Las faldas y los muslos de estas diputadas son una imagen de aquel momento político, y esas imágenes no tienen nada de menosprecio para la entrevistada?.

También niega Espada que sólo se hable de caracteres físicos de las mujeres en los periódicos, y pone como ejemplo, entre todos, ?los morritos de Felipe González?, que tanto se utilizaron políticamente.

El Defensor deja constancia de las dos posturas y acepta en lo sustancial las explicaciones de Espada, que pueden promover una reflexión interesante entre los lectores."