Tuesday, 23 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1284

Josep Maria Casasús

LA VANGUARDIA

"La historia de los lectores", copyright La Vanguardia, 12/5/02

"Muchos lectores al dirigirse al defensor, por escrito o por teléfono, hacen constar que son suscriptores veteranos de La Vanguardia o incluso que pertenecen a una larga dinastía de fieles lectores de este diario.

Se sienten orgullosos de su diario, y el diario se siente orgulloso de ellos. Los lectores suelen expresar este legítimo orgullo a modo de presentación: ?Mi familia está suscrita a La Vanguardia desde el año 1926?; ?Mi padre me enseñó a leer con este diario?; ?Mi abuelo me hablaba a menudo de las crónicas que enviaba Gaziel durante la Primera Guerra Mundial?; ?A mi madre le encantaban los artículos de María Luz Morales?.

Se debería escribir una historia de la lectura en la línea que ciertos especialistas, como Weinrich (1971), Iser (1972) y Jauss (1975), propusieron o sugirieron para la literatura.

La historia de la lectura y de los lectores es la verdadera historia de un diario. Las historias de la prensa suelen ocuparse de la vida de los diarios como empresa o como institución. La presencia de los lectores en las obras de historia sólo se intuye detrás de las estadísticas sobre número de suscriptores y lectores, cuando esas se incluyen en el libro.

Por otra parte, algunos estudios sobre redacción se ocupan recientemente de la historia de los géneros periodísticos y de la obra de los periodistas. Pero también en estas historias siguen ausentes las percepciones, emociones, interpretaciones y reacciones de los lectores. Viene a propósito un dato reciente.El lector Josep Comas me ha comentado que le agradó leer en la crónica publicada el sábado 4 de mayo en Vivir (pág. 11) la referencia que hizo Tomás Alcoverro a unos clásicos del periodismo en la conferencia pronunciada el día antes en el Col?legi de Periodistes de Catalunya junto a la decana Montserrat Minobis y al corresponsal diplomático de La Vanguardia Xavier Batalla.

Tomás Alcoverro, corresponsal de La Vanguardia en Beirut, citó periodistas de este diario, como Augusto Assía, Carlos Sentís y Ángel Zúñiga, cuyas crónicas desde el extranjero forman parte del patrimonio memorístico de muchos de nuestros lectores.

Alcoverro es de los periodistas que aprecian esta tradición, que en su caso, en el Beirut a la vez exótico y cosmopolita, tantas veces herido y recuperado, encrucijada de culturas y civilizaciones, tiene otro antecedente ilustre en la corresponsalía: el poeta Josep Carner. Éste aprovechó su destino diplomático en la capital de Líbano para hacer una incursión memorable en el periodismo, como corresponsal del diario La Publicitat, entre junio de 1935 y octubre de 1936.

Memoria reciente

En algunas cartas, donde se plantean otros casos de los que me he ocupado en mis gestiones, se alude a articulistas de La Vanguardia que también forman parte de la historia de los lectores.

Es significativo que varios de estos autores recordados sean colaboradores vinculados al periodismo especializado en ciencias experimentales. El lector Marc Torras Piulachs, en una carta en la que sugiere que La Vanguardia incremente los contenidos de divulgación científica, recuerda, con elogios, artículos de David Jou y de Rafael Clemente Soler publicados en un suplemento de Ciencia que hizo historia por su calidad.

La lectora María José Amor, en una carta en la que sugiere que se cuide más la revisión científica en los textos de divulgación del suplemento ?Salud y vida?, recordaba la labor desarrollada en La Vanguardia por el colaborador médico Luis Daufí.

La historia de los lectores alcanza también a otros ámbitos en los que algunos de los que me escriben revelan estar dotados de una memoria envidiable, prodigiosa.

Este es el caso del lector Jaume Puigventós. En una carta enviada a raíz de un artículo de José Luis de Vilallonga publicado el 4 de marzo de 2002 recuerda otro artículo del mismo autor, aparecido el 17 de agosto de 1992, con el que advierte coincidencias.

** Otras historias de lectores inciden en aspectos deontológicos. La lectora Rosina Descals Sanmartí me telefoneó el miércoles de esta semana para sugerir una norma a propósito de la publicación de iniciales de personas imputadas en delitos, asunto abordado en las dos anteriores crónicas de defensor (28 de abril y 5 de mayo de 2002).

Esta lectora propone que no se publiquen ni las iniciales cuando se opta por mantener la identidad de una persona en el anonimato. Las iniciales pueden alimentar sospechas sobre otras personas que tengan las mismas. Esta lectora me cuenta una historia personal que abona su argumento.

Resumo su explicación: ?El 8 de marzo de 1997 La Vanguardia informó sobre la desarticulación de una banda que estafó a doscientas personas duplicando tarjetas de crédito. Una de las personas acusadas era identificada con nombre, iniciales de dos apellidos y edad. Estos datos coincidían con los de una joven que yo había conocido?.

Y concluye la citada lectora: ?Siempre he tenido la duda de si sería ella la implicada en aquella estafa. Mejor no dar iniciales?.

** Los defensores también somos testigos de la historia que nos confían los lectores en algunos casos. El pasado martes falleció Ferran Camps i Vallejo, lector atento en todos los sentidos de la palabra. Historiador riguroso, Ferran Camps me había ayudado a precisar datos sobre hechos y personajes.

Camps era muy respetuoso al aludir al periodista responsable del error que él señalaba. El respeto es la virtud que crece y se vigoriza con la reciprocidad. Por estas y otras razones le echaremos mucho de menos."