Friday, 29 de March de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1281

Josep Maria Casasús

LA VANGUARDIA

"No se olvidan otras guerras y otros problemas", copyright La Vanguardia, 23/03/2003

"Es también un deber del defensor reflejar de vez en cuando en sus crónicas las valoraciones positivas de los lectores sobre la labor periodística en ?La Vanguardia?.

Los lectores no sólo exponen quejas. El lector José Fuentes, de Madrid, me llamó el pasado martes para comentar los reportajes de Bru Rovira sobre la guerra de Congo. Dijo: ?Transmita usted mi felicitación por estos artículos. Es una buena idea de ?La Vanguardia?. Veo que en la redacción no han olvidado las otras guerras?.

El lector Pedro Ramírez, de Barcelona, opina sobre esta serie de reportajes: ?Es bueno que los periodistas se ocupen de toda la realidad. Que no se sometan sólo al dictado de quienes tienen el poder político, económico o militar. Que los periodistas no se resignen a hacer de ?marionetas?, como aparecen en una escena de la película ?Chicago??.

Otro lector, Carlos Bonafonte, de Vilassar de Dalt (Maresme), conocedor de aquellas regiones africanas, también opinó sobre esos reportajes, aportó precisiones, y valoró esta iniciativa periodística.

El gran reportaje es un género de acreditada tradición en las culturas periodísticas europeas, género que el público de hoy agradece como contrapeso a la proliferación de la noticia escueta que han impuesto los programas informativos de radio y televisión.

Lectores y defensor no sólo debemos reconvenir los errores e infracciones. Recordemos que la deontología también es constructiva. Hay que animar a abrir nuevos horizontes informativos, a no conformarse con un mero seguimiento de la carrera de acontecimientos. La ética también obliga al periodista a no anclarse en la rutina.

Este objetivo profesional se consigue, como en este caso, con iniciativas dirigidas a atender también periodísticamente asuntos que son relegados por acontecimientos de la magnitud de una guerra como la de Iraq.

Unos efectos colaterales

Las tensiones y las prisas, acentuadas por hechos de este fuste, provocan efectos colaterales en la prensa, efectos que deben repararse sin excusas.

Uno de ellos es la simplificación del lenguaje. Los lectores Ignacio Conde, Joan Serra y Manuel Capdevila i Font, todos de Barcelona, se quejaron en sendas cartas por la confusión periodística abusiva entre los conceptos de Gobierno y país, es decir entre las posiciones de gobernantes y gobernados.

El lector Ignacio Conde insta una queja: ?No pasa día que en este diario no aparezca, en titulares o en la información, la frase ?España apoya la guerra contra Iraq? o equivalentes. España somos usted, yo y casi 38 millones de personas más. Más del 80% de la población está en contra de la guerra, todos los partidos de la oposición y un número importante de instituciones y asociaciones privadas que conforman la sociedad civil han manifestado su oposición. Esto es España?.

El lector Joan Serra añade otro dato: ?El Parlament de Catalunya, al contrario del de Madrid, no apoya a Aznar en esta guerra. La Catalunya institucional es coherente con la opinión pública mayoritaria en el país?.

El lector Manuel Capdevila i Font dice en su carta de protesta: ?Me he decidido a escribirle con la esperanza de que pueda acabar con una costumbre ridícula que tienen los articulistas de nuestro diario, y los de todos los demás, y también la mayoría de los políticos, de hablar continuamente de los ?países? que apoyan la política guerrera del señor Bush, en lugar de hablar de ?gobiernos??.

La falta de espacio, sobre todo en los títulos, no justifica estas simplificaciones.

UN ARTÍCULO REPETIDO en distintas ediciones cuestiona, en cierto modo, el argumento periodístico de la falta de espacio.

El lector Albert Valldosera, de El Masnou (Maresme, Barcelona), advirtió el pasado 14 que en ?La Vanguardia? de aquel día salía en Vivir un artículo de Toni Coromina ya publicado en la edición del 4 de marzo.

El jefe de sección Albert Turró asume el fallo de coordinación que causó la inserción de aquel texto ya archivado. Disculpas.

LA MISTERIOSA NEUMONÍA de la que se ocupa estos días ?La Vanguardia? ha motivado una carta del lector Francisco Muñoz López. Contiene un esclarecimiento oportuno sobre traducción. Ha sido aceptado inmediatamente por la redacción del diario.

Explica el lector en su carta enviada al defensor el pasado lunes: ?Llamo su atención sobre un anglicismo de uso frecuente y erróneo tanto por profesionales médicos como en la prensa diaria. En el número de ayer de ?La Vanguardia? se habla de una misteriosa neumonía que se denomina ?síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)?. Ni en castellano ni en catalán, el término inglés ?severe? debe traducirse por severo, sino por grave?.

Añade el lector: ?El diccionario de la RAE no reconoce esta traducción y el muy útil ?Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina?, de Fernando Navarro, igualmente rechaza esa traducción, como lo hace Manuel Seco en su ?Diccionario de dudas…?. Es impropio ese uso de severo. Es un anglicismo emplear severo por grave?.

Concluye con esta observación: ?Me preocupa lo incorrectamente que con frecuencia escribimos los médicos, muy influidos por la sobrecarga de literatura angloamericana que habitualmente manejamos?.

La prensa también sufre los efectos colaterales de esa influencia angloamericana. El lector tiene razón. Así lo expuse a la redacción. Admitieron ese error. Desde el día siguiente a la recepción de la carta, en ?La Vanguardia?, gracias a ese lector, se alude a esta neumonía de manera correcta: ?síndrome respiratorio agudo grave (SRAG)?."