Friday, 29 de March de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1281

Josep Maria Casasús

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A VOZ DOS OUVIDORES


LA VANGUARDIA

"Advertencias varias", copyright La Vanguardia, de Barcelona, 8/4/01

"El lector Rafael Yáñez Pérez, de Tarragona, suele advertirnos del mal uso del verbo advertir. En una carta con fecha 11 de febrero me dice: ?Le rogaría intercediera para que se aclarasen en el diario por lo que se refiere a la utilización del verbo ?advertir? -entendido como darse cuenta de algo- y ?advertir de? -entendido como avisar de alguna cosa-. Creo que es lamentable la confusión que habitualmente se produce, sobre todo en titulares del estilo ?Arzalluz advierte que una victoria del PP radicalizaría las posiciones de ETA?. Está claro que el sentido es que Arzalluz avisa y no que se da cuenta del particular, por tanto, debería ser ?advierte de que una victoria…??.

Lo expuse a la sección de Edición. Está atenta al uso de ?advertir? y de otros verbos propensos al dequeísmo. Otras personas, como Cristina Oliveras Gasos, de Barcelona, nos han advertido del abuso del ?de que?: ?Continuamente observo la tendencia desmesurada al dequeísmo, es decir, a usar sin venir a cuento, más bien a ?descuento?, el ?de que??. Y añade: ?Sería interesante saber dónde han aprendido a leer y escribir los que así se expresan…, pero lo más triste es que cantidad de profesionales de la información, considerados de ?elite?, también se apuntan a esa moda tan hortera?.

Después de mi primera advertencia a la sección, el lector Rafael Yáñez ha vuelto a advertir un mal uso de este verbo. Considera que su petición había caído en saco roto. Pone dos ejemplos en los que echa en falta el ?de?: ?El presidente advierte a Pujol que no le apoyará en el Parlament? (titular del 7 de marzo); ?El Síndic advierte que una defensa excesiva de la catalanidad puede ser contraproducente? (titular del 9 de marzo).

Rafael Yáñez termina la carta con esta observación: ?En fin, esperemos que sus gestiones tengan más fortuna que las que debió de realizar en su momento y que así ?La Vanguardia? deje de utilizarse en las clases de Lengua de los institutos como ejemplo de lo que no se tiene que escribir?.

En la sección de Edición argumentan lo siguiente: ?El verbo advertir tiene tres significados básicos: darse cuenta; amenazar, amonestar; informar, avisar de. En los dos primeros casos no rige preposición: 1. ?El presidente advierte malestar en su gabinete? (se da cuenta); 2. ?El presidente advierte que no tolerará más insubordinaciones en su gabinete? (amenaza, amonesta; aquí, lo advertido siempre comporta consecuencias)?.

Añaden: ?En el tercer significado (informar, avisar de), el verbo sí rige preposición: 3. ?El presidente advierte de que hará una ampliación de su gabinete?. Dado que el tercer uso puede inducir a confusión con el segundo porque la partícula ?de? aporta un significado que la mayoría de los interlocutores o lectores fácilmente pasará por alto, aconsejamos optar por otras construcciones verbales, por ejemplo ?informar de?, sobre todo en artículos delicados que no han de dar lugar a malentendidos?.

Y terminan: ?Algunos hablantes interpretan erróneamente estos usos y al creer que se trataba de un problema de queísmo, la ultracorrección los ha llevado al dequeísmo o viceversa?. Fernando Lázaro Carreter en ?El dardo en la palabra? (Círculo de Lectores, Barcelona, 1997, página 510) advierte que el dequeísmo es un fenómeno en expansión.

UN MISTERIO relacionado con un texto publicado en Cartas de los Lectores nos advierte una vez más sobre la necesidad de extremar los controles en la identificación de los autores de los escritos espontáneos que llegan al diario destinados a la publicación.

El 23 de marzo apareció en aquel espacio de ?La Vanguardia? una carta con el siguiente contenido: ?En una ocasión me retrasé dos días en el pago de autónomos. El recargo fue del 20 %. ?Hay alguna ley que penalice la usura? Sí, ?no? ?Juez Garzón…! Jorge Camps Subirats. Barcelona?.

La hija de un lector que tiene estos nombre y apellidos se dirigió al defensor el pasado día 29. Me aseguró que su padre no había escrito aquella carta. Quería saber si hay en Barcelona otra persona que se llame igual o si alguien había suplantado la personalidad de su progenitor. Me facilitó su dirección y teléfono. En los archivos del diario compulsé estos datos con los que figuran en la carta electrónica recibida. Coinciden totalmente.

Las personas de Redacción encargadas de seleccionar las cartas de los lectores habían comprobado antes de su publicación que el teléfono correspondía al domicilio y al nombre y apellidos que figuran en el encabezamiento de la carta electrónica.

Pedí un escrito de aclaración al lector que niega ser autor de la carta. Llegó a mis manos el pasado jueves, fechado el día anterior. Transcribo: ?Tan sólo cuatro líneas para aclarar que, sin saber aún el motivo, se publicó una carta en la sección Cartas de los Lectores titulada ?Ley y usura? en fecha 23 de marzo del 2001 firmada con mi nombre y apellidos. Habiendo seguido las diligencias correctas en estos casos, simplemente me reafirmo en decir que no fui yo. Gracias. Jorge Camps Subirats. Barcelona?.

Un dato muy intrigante: este lector ha recibido la carta de una empresa en la que le felicitan por la publicación de esa misteriosa carta que él niega haber escrito. ?Es casual? Le ofrecen un servicio de correo.

?Quién suplantó la personalidad de Jorge Camps Subirats? He hurgado en el origen de la carta atribuida a este lector. El rastro sobre la autoría del texto se pierde en la niebla virtual de los circuitos informáticos.

El correo electrónico es más vulnerable que el correo postal a las suplantaciones de personalidad. Ello obliga a extremar las medidas de verificación. Lógicamente, si ?La Vanguardia? pide datos de identificación, es para cerrar el paso a los desaprensivos."

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