Friday, 19 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1284

Carles Esteban

‘El debate político sobre el Estatut de Catalunya ha merecido un amplio tratamiento informativo en las páginas de la sección de Política de La Vanguardia, y aunque el apartado Cartas de los Lectores ha recogido un buen número de comunicaciones sobre el particular, ofreciendo puntos de vista de la ciudadanía sobre las diferentes posiciones de los partidos políticos, la oficina del Defensor del Lector no había tenido ninguna comunicación relativa a este despliegue informativo. Pero en la edición del pasado domingo, 25 de septiembre, en la sección de Política se publicó un reportaje firmado por Guiomar Eguillor titulado La buena estrella del Estatut que ha generado quejas y reflexiones por parte de cinco lectores, quienes han mostrado diversos grados de disconformidad, tanto por el trabajo en sí como por su ubicación en esa sección del diario. El texto de Guiomar Eguillor –la persona que diariamente elabora el horóscopo (bajo el epígrafe de Astrología), que aparece en la sección Vivir–, señalaba que ‘Los astros son favorables a un gran acuerdo el día de la votación en el Parlament, aunque vaticinan dificultades después’. En la presentación de la información, que ocupaba un espacio amplio, casi una página, se hablaba de ‘las expectativas informales’ sobre el autogobierno de Catalunya y se explicaba con detalle ‘la metodología de la investigación astrológica seguida’, que incluía un análisis de las conjunciones astrales de tres antecedentes relevantes: La Mancomunitat de Catalunya (aprobada, según el texto, por el Gobierno en 1914), el Estatut de Núria (aprobado por la Diputación Provisional en 1931 y por las Cortes en 1932) y del Estatut de Sau (aprobado por el Parlament en 1978 y por las Cortes en 1979). También se tomaban en consideración, entre otros elementos, los horóscopos del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y de algunos de los líderes de los principales grupos políticos, como Artur Mas (CiU), Josep Lluís Carod-Rovira (ERC) y Joan Saura (ICV).

El lector Ramón Pascual envía al Defensor un correo electrónico en el que dice: ‘No me parece mal que su diario publique, como entretenimiento, el horóscopo. Pero me parece lamentable que en la página sobre el autogobierno de Catalunya se publique una pretendida investigación astrológica sobre la buena estrella del Estatut’. En el mismo sentido, el lector Jordi Font declara sentirse ‘astorat i esmaperdut’ (espantado y desorientado) al ver ‘una valoración astral del mejor día y lamejor hora para firmar el futuro de los próximos veinte años. ¿Cómo puede ser que un diario de solvencia contrastada trate un tema tan serio de esta manera?’.

Un tercer lector, Jordi Martínez Borruel, protesta por la publicación del reportaje y añade: ‘Lamento que el diario siga publicando el horóscopo cada día y las predicciones anuales en el Magazine, porque creo que no favorece en absoluto la cultura científica del ciudadano, y el lector desinformado puede llegar a creer que la astrología tiene naturaleza científica’.

Otro lector, Diego Esteban, señala: ‘Cuando vi el artículo pensé que sería una broma, un titular irónico sobre los avatares de este proyecto legislativo. Al seguir leyendo vi que continuaban las alusiones astrológicas, lo cual me alarmó.Yla alarma se vio confirmada. Nada menos que una página entera dedicada a una investigación astrológica en medio de la sección de Política…Me parece bochornoso que un medio de comunicación de prestigio ceda nada menos que una página de su edición dominical a la difusión de esta patraña pseudocientífica’.

Finalmente, el lector Jaume Puigventós Pons critica irónicamente la publicación del reportaje y añade: ‘Si hace unas semanas (en la edición del 17 de julio) La Vanguardia analizaba la eclosión de las pseudociencias –en un trabajo titulado La fuerza de lo irracional–, ahora llenan una página entera con una serie de despropósitos… que hacen escarnio de una sociedad que supuestamente es heredera del pensamiento racional y la Ilustración’.

Ante todo ello el redactor jefe de la sección de Política, Jordi Barbeta, argumenta lo siguiente: ‘Uno de los desafíos que tenemos planteados los responsables de la información política en los diarios, pero también en los medios audiovisuales, es procurar que la sección sea lo más atractiva y lo menos árida posible, y para ello combinamos a menudo la información convencional con aspectos colaterales relacionados con el debate. Con esa idea encargué Guiomar Eguillor un trabajo sobre la previsión astrológica del día del Estatut. La idea no es ni siquiera original, pero me pareció que podía contribuir a lubricar, o si se prefiere, desdramatizar, la información que suministrabámos un domingo en la fase más crítica de la negociación del nuevo Estatut. Me atrevería a asegurar que reportajes publicados en las páginas de política de La Vanguardia sobre la estética del tripartito, las obras y la reorganización del Palau de la Generalitat, el cambio de aspecto del presidente Zapatero o los esfuerzos de los padres de la patria por mantener la línea, han tenido más eco entre los lectores que otras noticias más trascedentales. El domingo que publicamos La buena estrella del Estatut numerosas emisoras de radio y televisión se hicieron eco de las previsiones de Guiomar y en cambio ninguna comentó las informaciones-primicia que publicábamos ese día. Por supuesto que eso no nos lleva a la conclusión de que resulta más interesante para los lectores trivializar la información. Al contrario, creo que hemos de ser más exigentes y rigurosos con la información y más imaginativos con el entretenimiento, que contribuye a hacer más digerible la información política. No voy a entrar en el debate sobre si la astrología es o no una ciencia, pero desde luego en ningún momento meplanteé esa página con el objetivo de informar sino de entretener, y admito que quizá tendríamos que haberla presentado con un diseño más específico que la diferenciara de las demás’.

Por otra parte, la autora del reportaje, Guiomar Eguillor, justifica así su trabajo: ‘Por experiencia de la irreductible posición sobre la astrología de personas que han protestado por la publicación mi artículo sobre el Estatut. Como no es cuestión aquí de entrar a profundizar en el tema, sólo querría apuntar un par de respuestas. En primer lugar, mayoría de las personas con opiniones similares las citadas por el Defensor del Lector no se ha tomado la molestia de estudiar aquello que se atreve denostar y pontificar. Y los juicios sin conocimiento no son más que pre-juicios y, como tales, carentes de rigor científico. En segundo lugar, pido –debería decir exijo– a esas personas que el mismo respeto que reclaman para su propia profesión lo tengan hacia una rama del saber y hacia sus profesionales que, con preparación y escrupulosa atención, investigan –sí, he dicho investigan– sobre aspectos de nuestra civilización, a cuyo desarrollo pretenden colaborar. A pesar de la intransigente ortodoxia dominante’.

Consideraciones al margen, hay que reseñar que la inclusión del horóscopo, diario o semanal, es una vieja tradición de diarios y revistas de casi todo el mundo occidental. Es una sección popular y apreciada, a la que echan un vistazo de vez en cuando hasta los que no creen en la astrología.Yel fenómeno afecta a veces a figuras y acontecimientos de gran relieve internacional; a Tony Blair, por ejemplo, del que un sesudo diario británico ofrecía hace unos meses una completa carta astral como complemento de las informaciones relativas a su reciente reelección como primer ministro de Gran Bretaña. Eso sí, todo parece aconsejar que estos temas deberían tener un tratamiento claramente diferenciado de la información general. Para evitar confusiones.

Como colofón amable quisiera recordar que el pasado martes, el escritor Màrius Serra escribía un artículo en el que hablaba del Estatut y se refería al reportaje astral. Con fina ironía decía: ‘Nunca he creído en los astros, pero no veo por qué no deberíamos darles crédito cuando aun sin creer en los políticos, les damos crédito una y otra vez’.’