Tuesday, 23 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1284

Carles Esteban

‘Como he explicado en muchas ocasiones, igual que antes lo hicieron mis antecesores, hacer el diario cada día es una tarea muy compleja que requiere un gran equipo de diversos profesionales que debe funcionar como desafinadauna orquesta sinfónica. Pero en las grandes orquestas también se producen fallos y a veces una nota rompe la armonía de una interpretación. Esos pequeños desafinos no siempre son percibidos por el gran público, pero es difícil que se escapen a los melómanos que de verdad entienden de música. Ocurre otras veces que hay aficionados que prefieren un tempo más vivo o más pausado, o que se acentúen determinados detalles, al escuchar sus obras favoritas. En el artículo de hoy hablaremos de fallos que podríamos calificar de notas desafinadas y también de lectores detallistas.

DURRUTI. El lector Pere Pi Cabanes remite un correo electrónico señalando un error contenido en el tomo quinto de la serie Catalunya durant la Guerra Civil dia a dia.En la página 142 de dicho tomo se dice: ‘Por otra parte, en el frente de Aragón muere el líder anarcosindicalista Buenaventura Durruti’. Algo totalmente incierto, puesto que el carismático líder anarquista falleció el 20 de noviembre en el hotel Ritz de Madrid (convertido en esos días en improvisado hospital de campaña donde se atendía a los heridos de guerra), horas después de recibir una mortal herida de bala en la Ciudad Universitaria, cerca del hospital Clínico, controlado por las tropas del bando franquista, cuando inspeccionaba a sus diezmadas unidades que luchaban en primera línea de fuego durante la encarnizada defensa de Madrid. Una muerte que aún hoy sigue rodeada de misterio, ya que no se ha establecido con claridad (y no hay unanimidad entre los estudiosos de esta emblemática figura del anarquismo español) si el mortal disparo partió de las tropas enemigas, si se le disparó el subfusil ametrallador que siempre llevaba consigo, si se le disparó el arma a uno de sus lugartenientes o si sufrió un atentado a manos de un infiltrado. El caso es que en el mismo tomo número cinco, y pocas páginas después, concretamente en la 145, se da la versión correcta, es decir, que Durruti murió el 20 de noviembre en el frente de Madrid.

Los autores de la obra Catalunya durant la Guerra Civil dia a dia,los historiadores Joan Villarroya y Josep Maria Solé i Sabaté, incluyen en su texto el dato correcto sobre el lugar donde murió Durruti. El dato erróneo figura en un resumen cronológico – ajeno a la obra de los historiadores- añadido al texto original con el fin de permitir una lectura rápida de los acontecimientos más destacados que se narran en el volumen. En este caso concreto, dicho resumen no sólo no ha ayudado a una rápida asimilación de los datos, sino que ha inducido a un error a aquellos lectores no familiarizados con los pormenores de la atroz guerra civil que vivió nuestro país. Nuestras excusas a todos ellos.

EXPOSICIÓN INTERNACIONAL. En el año 1929 Barcelona acogió la Exposición Internacional, que dejó un importante legado urbanístico y monumental a la ciudad, empezando por la actual configuración de la plaza Espanya y su fuente (proyectada por Josep Maria Jujol y cuya finalización no llegó a tiempo para la inauguración de la exposición), y la ordenación de la montaña de Montjuïc, con la apertura de la avenida Maria Cristina, el Palau Nacional (que hoy alberga el Museu Nacional d´Art de Catalunya), la columnata del recinto ferial (obra de Puig i Cadafalch), las torres venecianas que enmarcan el conjunto, la Font Màgica (obra de Carles Buïgas), el pabellón de Alemania (obra de Mies van der Rohe), el Palau de l´Agricultura (del que se conserva el Mercat de les Flors), el Teatre Grec, el palacete Albéniz, el Estadi Olímpic (reconstruido para los juegos olímpicos de 1992) y el Poble Espanyol, por no realizar una lista más exhaustiva. Es algo bien conocido y documentado. Pero un suscriptor de larga relación con esta casa, Jacint Sanmartín Centelles, llama alarmado porque en la publicidad que anunciaba el coleccionable que La Vanguardia lanza a partir de hoy mismo, Barcelona, una ciudad de vanguardia,se denominaba Exposición Universal (en lugar de Internacional) al evento de 1929, confundiéndolo con el que tuvo lugar en 1888. Efectivamente, el lector tiene razón y tras su llamada se cursó el correspondiente aviso para rectificar la campaña publicitaria. La Exposición Universal de 1888, que supuso uno de los primeros saltos hacia la modernidad de la ciudad, fue inaugurada el 15 de mayo por la reina regente, María Cristina de Habsburgo-Lorena, y por su hijo, Alfonso XIII, que entonces tenía dos años. A esta cita, calificada de forma grandilocuente como universal, Barcelona debe entre otras transformaciones urbanísticas la apertura de la avinguda del Paral · lel, el primer tramo de la Diagonal, la Rambla y la creación del parque de la Ciutadella en los terrenos que habían ocupado los cuarteles construidos por Felipe Ven los años posteriores a 1714. Precisamente el parque de la Ciutadella fue utilizado como recinto ferial del magno acontecimiento. El recinto de Montjuïc fue la sede de la Exposición Internacional de 1929, inaugurada el día 19 de mayo por Alfonso XIII, que ya tenía entonces 43 años.

CRUZ GAMADA. El lector Josep Maria Díaz Solís escribe al Defensor del Lector a propósito de un reportaje publicado en la sección Vivir el 8 de abril por Lluís Permanyer sobre un libro de reciente aparición en el que se recoge parte sustancial del trabajo desarrollado por el Comissariat de Propaganda de la Generalitat republicana, y en el que explicaba con detalle la historia de uno de los carteles contra el fascismo obra de los fotógrafos Pere Català Pic y su hijo Francesc Català-Roca. En dicho cartel se ve un pie calzado con alpargatas (era el pie de un mosso d´esquadra) pisando una cruz gamada símbolo del fascismo. Dice el lector: ‘Aunque con retraso, he leído el artículo de Lluís Permanyer sobre ´La esvástica de los Català´. Esta nota no quiere ser otra cosa que una puntualización sobre la exactitud de la palabra esvástica ante la fotografía que nos ofrece en su artículo.

Dando por sentado que para mí existe un error por parte de la familia Català, seguramente por desconocimiento, cuando en su trabajo utilizaron una cruz gamada con las aspas orientadas a la izquierda, creo que el título habría sido correcto si hubiese dicho ´La sauvástica de los Català´ o ´La cruz gamada de los Català´. El régimen de Hitler escogió la cruz gamada (también gammada) con las aspas orientadas a la derecha, cuyo nombre es esvástica. Los Català usaron para su fotografía una sauvástica, y como que hay infinidad de cruces, cada una con su nombre, la de la foto es eso, una sauvástica. Normalmente se usa el nombre de esvástica cuando aparece una cruz gamada, sin importar hacia qué lado van las aspas. Es simple desconocimiento’. Y finaliza su comunicación manifestando su admiración por todos los artículos de Lluís Permanyer, al que dice seguir ‘con afición y una cierta envidia de su admirable trabajo’. Lluís Permanyer, sin objetar la argumentación, responde: ‘El fotógrafo Francesc Català-Roca, al contar en sus memorias la historia de esta imagen, empleó la palabra esvástica. Como también la utilizó, por ejemplo, el ministro nazi Albert Speer a la hora de escribir sus recuerdos. La prensa española de la época usaba indistintamente cruz gamada y esvástica, pues al fin y al cabo la Academia lo acepta como sinónimo, al igual que otros idiomas’.’