LA VANGUARDIA
"Conviene vacunarnos contra ciertas fuentes", copyright La Vanguardia, 21/7/02
"El lector Alberto Roca Castillo nos puso sobre aviso respecto al uso incorrecto de la palabra vacuna para designar a un nuevo medicamento contra el sida.
El correo electrónico que este lector envió al defensor a las 15.36 horas del pasado 11 de julio contenía estas observaciones concretas: ?Acabo de leer en su edición electrónica la noticia sobre la nueva ?vacuna? para el sida descubierta por un investigador y estoy absolutamente indignado. Cuando he visto el titular el corazón me ha dado un vuelco, ?increíble! he pensado, por fin se ha hallado la manera de preservar a la gente de una enfermedad que lleva más de dos décadas extendiéndose por el mundo y resistiéndose a todos los intentos de encontrar o una cura definitiva o una vacuna?.
El lector justifica su indignación: ?La sorpresa y la duda han durado diez segundos: no era una vacuna (sustancia que administrada al cuerpo le preserva de una enfermedad, es decir, no llega a infectarse), ni siquiera una cura (elimina el virus del cuerpo después de infectado) sino una medicación de contención (mantiene el virus inactivo y atenúa sus efectos pero no lo elimina del cuerpo). Es cierto que tiene ventajas que las ya existentes no tienen, y que evita algunos inconvenientes, pero no es una vacuna?.
El lector tenía razón: no era exactamente una vacuna el fármaco descrito en ese texto.
De acuerdo con estos argumentos, el citado lector formulaba un deseo: ?Espero que corrijan cuanto antes la edición electrónica y espero que en la edición impresa de mañana la noticia aparezca correctamente?.
?La Vanguardia? trató correctamente esta noticia. También es defender a los lectores reconocer los aciertos profesionales.
La información sobre este asunto incluida en La Vanguardia Digital procedía de la agencia Europa Press. Se basaba en las declaraciones formuladas en Barcelona aquella misma mañana, en una conferencia de prensa, por el doctor Eduardo Fernández-Cruz.
Aquella misma tarde, Txema Alegre, responsable de la redacción de La Vanguardia Digital, me comunicó que esta información ya recibía un tratamiento más contrastado y preciso que el facilitado por la agencia.
Al día siguiente ?La Vanguardia? insertaba esta noticia, en forma de breve y a una columna. La palabra vacuna aparecía entrecomillada en el título y en el texto. Correcto.
Otros diarios, en cambio, escribieron y titularon de forma destacada con la palabra vacuna sin ningún tipo de reservas.
Constaté que la agencia Reuters también distribuyó a todos sus abonados en el mundo un despacho sobre este asunto en el que, en el título y en el texto, aparece la palabra ?vaccine?, sin entrecomillar. Incorrecto.
?Por qué se denominaba vacuna a un producto que no era descrito como tal? Indagué más sobre el origen de esta noticia equívoca. En la redacción me mostraron los documentos facilitados a los periodistas por la firma The Immune Response Corporation, impulsora de aquel estudio presentado en la XIV Conferencia Internacional del Sida. En ellos figura, en inglés y en castellano, el sustantivo vacuna junto al adjetivo terapéutica. En los despachos de la agencia Reuters la palabra terapéutica iba entrecomillada cuando lo lógico era entrecomillar vacuna.
De cualquier modo, aludir a una vacuna en este caso provoca falsas expectativas en materia tan sensible como es la salud. El doctor Jordi Camí, catedrático de Farmacología en la Universitat Pompeu Fabra, a quien consulté, coincide en considerar que el fármaco al cual se refería aquella información es descrito en ella como un paliativo y no un preventivo, función propia de las vacunas.
Las fuentes documentales, si son usadas sin precaución, comportan riesgos que aconsejan también vacunarnos en sentido figurado. Expongo otro caso reciente.
El pasado miércoles, 17 de julio, la lectora Mercè Paradell me envió una carta de parte de una ?Plataforma cívica per un 12-O en llibertat?. Es una queja contra el texto de un breve titulado ?Absueltos los seis menores detenidos por los sucesos de Sants de 1999? (página 4 de Vivir del pasado 6 de julio).
Extracto lo sustancial de la carta: ?Pensamos que hay contradicciones en aquella noticia. El juzgado ha absuelto a los seis menores implicados en los hechos del 12 de octubre de 1999. Fueron unos hechos difíciles y que no se deberían tratar nunca con ligereza (nos gustaría poder creer que quien redactó este breve informativo lo hizo con prisas e investigando poco el hecho)?. ?Qué pasó?
El responsable de la sección, Eugeni Madueño, contesta a mi interpelación: ?Una noticia positiva -sobreseimiento de la causa contra seis menores- se ha tornado de nuevo negativa por haberla completado con datos falsos publicados con anterioridad. La culpa es de la hemeroteca. La búsqueda de antecedentes hecha por un redactor novel, desconocedor de los hechos acaecidos en 1999 y su posterior repercusión, nos llevó a publicar los mismos lamentables errores de entonces. Acaso deberíamos organizar -ahora que los sistemas informáticos lo per- miten- algún tipo de señal en las informaciones publicadas con errores, para que, como ha ocurrido, éstos no vuelvan a repetirse pasado un tiempo. Que no suceda como les pasa a los reporteros ingleses que antes de visitar Barcelona caen en el error de documentarse en la hemeroteca, y que invariablemente recuerdan en sus reportajes que Hitler se zampó un ?suquet de peix? en el restaurante Can Solé de la Barceloneta. Una falsedad que periódicamente se ha ido copiando y repitiendo de forma inexorable?."