Reporteros sin Fronteras se encuentra estupefacto por lo que parece una verdadera caza de brujas contra los medios de comunicación que cubren los acontecimientos en Egipto y expresa su gran preocupación por todos los periodistas que se encuentran en este momento en El Cairo, especialmente en vísperas de la gran manifestación prevista para el viernes 4 de febrero de 2011, llamada ‘el viernes de la partida’, organizada por los opositores al presidente Hosni Moubarak.
‘Robos, violencia, arrestos arbitrarios, linchamientos… la lista de exacciones contra los periodistas por parte de los partidarios del presidente Moubarak no hace mas que crecer cada hora. Éstas agresiones tienen un carácter sistemático y concertado’, señaló Jean-François Julliard, secretario general de Reporteros sin Fronteras.
‘Tras haber censurado la Red, que fue restablecida al inicio de la semana, el régimen decidió emprenderla físicamente contra los representantes de la prensa, lanzando a sus partidarios en una campaña de odio y violencia que no habíamos visto nunca antes. Esto va más allá de la censura. Se trata de vaciar El Cairo de periodistas de la prensa extranjera’.
Uma convocação urgente
‘Incitamos a todas las redacciones de los medios de comunicación a reforzar su coordinación para asegurar lo mejor posible la seguridad de sus corresponsales. Invitamos a las cancillerías a realizar un esfuerzo diplomático sostenido para ayudar al máximo a sus conciudadanos, profesionales de la prensa, cuando se encuentren situaciones difíciles’.
‘Parece que ya no hay un lugar en El Cairo donde los periodistas se encuentren a salvo. Algunas oficinas de medios de comunicación también han sido atacadas’, agregó el secretario general de la organización. ‘La cabeza del poder egipcio debe considerarse responsable de esta política de agresiones. Hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional a reflexionar sobre una posición fuerte, unánime, y a sacar conclusiones de los incidentes de estos últimos días que puedan llevar a pensar en sanciones’ (3 de febrero de 2011).
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Da seção Américas de Repórteres sem Fronteiras; www.rsf.org