Friday, 22 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1315

‘Corremos perigo de nos isolar em bolhas informativas’

‘Quizá en 10 años esta planta tenga un sensor por el que pasemos un lector y sepamos si necesita fertilizantes o agua. Quizá podamos dictar e-mails al ordenador. Quizá usted y yo vengamos aquí con un teclado [dibuja con las manos un rectángulo plano] en la mochila, o incluso enroscado a la muñeca, que sea nuestra puerta a Internet’.

Lee Rainie especula sobre qué cambios habrá traído Internet a nuestras vidas en 2020. Este ex reportero, que empezó en local y llegó a cubrir elecciones presidenciales, juega con cierta ventaja. Dirige un proyecto del Centro Pew que hace encuestas para recabar información, que ofrece gratis, sobre cómo la Red ha transformado la sociedad estadounidense.

El Pew también juega a la futurología. Preguntan a los mejores expertos en tecnología qué será lo más excitante en 10 años. Este invierno, la mayoría apostaba que será algo que hoy nos parecería magia. ‘Hace 10 años ninguno habría predicho el iPhone’. Utensilio que, por cierto, el señor Rainie no tiene. Aún. ‘Pronto me haré con uno, mi Blackberry está medio estropeada’.

Humilhação mútua

Sus comidas de trabajo en Washington duran ‘como mucho una hora’. Pero esto es España. Es su primera visita, le ha invitado la Embajada estadounidense. Luce el sol. Elige terraza. Pide una quiche y acepta compartir una ensalada. ‘Suelo comer un sándwich o una ensalada en mi mesa de trabajo. Ceno fuerte’.

Sostiene Rainie que los adolescentes actuales no son tan distintos. Lo que pintábamos en la puerta del baño o cotilleábamos por teléfono ahora se lo gritan al mundo por Internet. Por eso ‘les perseguirá una sombra digital enorme y muy persistente’. Todo lo colgado alguna vez en Tuenti, Facebook, Flickr,… ahí queda, en algún lugar del limbo. Aquel pecadillo no se podrá ocultar.

‘Los más jóvenes de mi oficina -tengo 58 años- dicen que, como todos cometemos errores, seremos más perdonadores, que habrá una humillación mutua asegurada, como la destrucción mutua asegurada de la guerra fría. No sé si el pasado les pasará factura’.

Risco de ‘balcanização’

Rainie acepta sin una pega, con una sonrisa, levantarse con el plato a medias para las fotos. Luego, nada de postre; un solo y listo. Él y todos los de su gremio sueñan con el día en que puedan encuestar por Internet. ‘Sería más barato’. Pero un 25% de los adultos de EE UU no navega por el ciberespacio y eso invalida la muestra. Para sus sondeos llaman a fijos y, novedad desde hace dos años, también a móviles. ‘Así llegamos a más jóvenes, más afroamericanos, más latinos’.

¿Y cómo rayos selecciona en ese tsunami de información? ‘Sigo a ciertos expertos, boletines que hacen muy buen periodismo propio y además reúnen lo mejor de publicaciones tecnológicas, sigo en Twitter lo que leen mis colegas, a qué congresos van y además tengo amigos que me dicen: `Oye, ¿has leído esto?´ Mi red social es mi sistema de alerta’.

Sistemas de parar una avalancha que, quizá, a largo plazo, se convierta en inmensas orejeras. Es el riesgo de ‘balcanización, que cada uno vivamos en nuestra burbuja informativa, incapaces o sin ganas de escuchar algo que desafíe nuestro punto de vista’.

Durante la comida, su teléfono no suena, no consulta los correos, ni siquiera mira el reloj.