Al parecer la mano del crimen organizado está detrás del doble asesinato, el 25 de marzo de 2011 en el estado de Nuevo León (norte), del conductor de un programa de la cadena televisiva nacional Televisa, José Luis Cerda Meléndez, de 33 años de edad, y de Luis Emanuel Ruíz Carrillo, de 20 años, reportero del periódico La Prensa (editado en el estado de Coahuila), quien la víspera fue enviado a Monterrey para entrevistar al primero. Cuando los dos hombres salieron de las instalaciones de Televisa-Monterrey, acompañados de un primo de José Luis Cerda, Juan Roberto Gómez, fueron secuestrados, los introdujeron a la fuerza en un vehículo.
Los cuerpos de Luis Ruíz Carrillo y de Juan Roberto Gómez fueron descubiertos al día siguiente a orillas de la carretera. La policía encontró el de José Luis Cerda Meléndez, con un tiro en la cabeza y las manos atadas, en una calle de Monterrey. Había un mensaje junto a su cuerpo: ‘Ya no colaboren con Los Zetas. Atte. DCG. Saludos arquitecto El número uno’. Frente a las cámaras que fueron a cubrir la escena del crimen y ante la policía, un grupo armado apareció súbitamente y sustrajo el cadáver. Después, lo llevó al lugar donde Luis Cerda había invitado, la víspera, a una marcha por la paz y contra la violencia en Nuevo León. Fuentes cercanas a Televisa informaron a Reporteros sin Fronteras que desgraciadamente este tipo de episodios son comunes cuando el crimen organizado quiere impedir que se reporten asuntos en los que están involucrados.
Mais de 35.000 mortos
Este increíble resurgimiento de los criminales tras el triple homicidio subraya a priori hasta qué punto reinan los carteles, dominando esta región de México, donde la cadena Televisa ha sufrido varios ataques. ‘Estos crímenes, cuyo móvil aún no se esclarece, sumados a la desaparición de Noel López Olguín en el estado de Veracruz a inicios de este mes, llaman a la aplicación urgente de los mecanismos de protección ratificados por la Secretaría de Gobernación en noviembre pasado. Las medidas emprendidas en la lucha contra la impunidad y a favor de la seguridad de los medios de comunicación deben estar a la altura del reto’, declaró Reporteros sin Fronteras.
Sangre en el norte, censura en el sur. Las oficinas del periódico El Sur, ubicadas en Acapulco, en el estado de Guerrero (sudeste), cerraron sus puertas el 26 de marzo, debido a amenazas telefónicas atribuidas a la administración del gobernador del estado, Zeferino Torreblanca. El diario declaró que reanudará sus actividades hasta que finalice el mandato de éste, el 1 de abril próximo. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exigió el fortalecimiento de las medidas de protección de las que gozan los medios de comunicación desde noviembre de 2010. Reporteros sin Fronteras estima que estas medidas no eximen de ninguna manera una investigación a fondo, si es preciso, entre la gente cercana al gobernador’. El Sur había denunciado un caso de desvío de fondos y de abuso de los bienes públicos que implicaba al funcionario. El estado de Guerrero, marcado también por una gran violencia, formó parte de las etapas de una misión internacional de Reporteros sin Fronteras.
Mientras que la ofensiva federal contra el narcotráfico, emprendida en diciembre de 2006, ha dejado como saldo de más de 35.000 muertos en todo el país, Reporteros sin Fronteras continúa apoyando la campaña de los cartonistas de prensa ‘¡Basta de Sangre!’ – ‘No + sangre‘. Durante el año, cada postura sobre la situación en México dará lugar a la publicación de una ilustración nueva.
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