El alivio suscitado por la liberación de cuatro periodistas secuestrados el pasado 26 de julio en la región de Gómez Palacio (Estado de Durango) no habrá durado mucho. Tres días más tarde, el nombre de Ulises González García, director del semanário La Opinión en Jérez (Zacatecas), se ha añadido a la lista de los once periodistas declarados desaparecidos desde 2003. Este nuevo drama tiene lugar después de un mes de julio particularmente dramático para la prensa con tres nuevos asesinatos con los que se suma un total de 67 profesionales de los medios de comunicación asesinados en el país desde el año 2000.
El móvil y la desaparición de Ulises González García sigue sin esclarecer, según nos informaron algunos de sus compañeros con los que contactamos. Algunos testigos citados en la prensa declararon que el periodista fue sacado de su domicilio la mañana del 29 de julio y que sus secuestradores exigieron un rescate elevado. Ni la familia y ni la redacción aportaron más detalles. La vocería de la Procuraduria General de Justicia del Estado de Zacatecas nos confirmó, el 2 de agosto, que tenía conocimiento del secuestro de Ulises González desde el día 29 y que inició una averiguación de oficio pero que por el sigilo en la investigación se mantiene en reserva. Refirió además conocer el semanario de circulación local y que en los ejemplares de reciente edición en su contenido refieren hechos del crimen organizado ocurridos en el municipio.
Se debe hacer todo lo posible para encontrar el rastro de este compañero, con la contribución de las autoridades federales y con toda transparencia. Esperamos que este asunto tendrá un desenlace similar al de los secuestros de cuatro periodistas del Estado de Durango por el crimen organizado. Jaime Canales Fernández y Alejandro Hernández Pacheco, cámara del grupo Multimedios Laguna y de la cadena nacional Televisa respectivamente, fueron liberados por la mañana del 31 de julio. Soltado dos días antes, Héctor Gordoa Márquez, reportero del programa para Televisa Punto de Partida, fue raptado al mismo tiempo por unos individuos que reivindicaban ser del Cartel del Pacífico. Secuestrado el mismo día, por su parte en su domicilio, Oscar Solis Gurrola, del diario El Vespertino, recobró la libertad unas horas más tarde.
Risco e ameaças levam ao exílio
Los periodistas fueron retenidos después de cubrir una manifestación contra la destitución de la directora de una cárcel. Se sospechaba que esta, Margarita Rojas, facilitaba la salida de presos condenados por tráfico de drogas con la complicidad de las autoridades locales. En los tres vídeos en que transmitían sus exigencias, los secuestradores denunciaban las colusiones entre el grupo paramilitar de ‘Los Zetas’ y autoridades policiacas de los Estados de Durango y de Coahuila. Este caso muestra cómo los cárteles intentan instrumentalizar a la prensa para hacerse publicidad o bien llevar una campaña contra organizaciones criminales rivales.
El día de la liberación de los reporteros en Durango, la cadena Televisa fue objeto de un atentado en Nuevo Laredo, en el Estado fronterizo de Tamaulipas. La redacción local de este medio de comunicación sufrió daños materiales después de que se le lanzaron granadas, que, afortunadamente, no cobraron víctimas humanas. El día de ayer 2 de agosto, los periódicos Norte y El Mexicano, que se editan en Ciudad Juárez, fueron objetos de una amenaza de bomba en sus instalaciones, en ambos casos las llamadas resultaron falsas afortunadamente pero generaron una amplia movilización policíaca y una ola de temor entre los periodistas.
El riesgo de pagar con su vida el ejercicio de su profesión lleva a cada vez más periodistas al exilio. Martín López Castro, periodista de la cadena Canal 44, establecido en Ciudad Juárez (Chihuahua) se refugió en El Paso (Texas), el 27 de julio, tras descubrir unos grafitis que lo amenazaban con decapitarlo. Pedimos a los servicios de inmigración de Estados Unidos que accedan, llegado el caso, a la solicitud de asilo de este periodista tal como ya hicieron anteriormente con otros compañeros con el apoyo de Reporteros sin Fronteras.
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