Natalie Pollock tiene un perfil en Facebook y 799 amigos que le escriben, la animan cuando está de bajón y comentan sus fotos. Natalie tiene 16 años y ama la fotografía y los muffins. Como muchas chicas de su edad, se conecta casi a diario, cuenta lo que pasa en su vida y cuelga en su perfil vídeos de YouTube, entre ellos el del beso entre Iker Casillas y Sara Carbonero. Sin embargo, hay un detalle que la diferencia de sus coetáneas: Natalie Pollock no existe.
La chica nació de la mente de las escritoras estadounidenses Lauren Mechling y Laura Moser y protagoniza la novela por entrega My darklyng, que publica la revista Slate. La idea es aprovechar las redes sociales para promocionar la obra y para que los lectores puedan hablar con su protagonista, como si fuera real. Para darle más credibilidad, han contratado a Hannah Grosman, una adolescente de 15 años, para que sea Natalie en todos los vídeos y las fotos que salen en Facebook.
¿Un nuevo camino a recorrer o solo un episodio? Hace un año, la escritora Lucía Etxebarria apostó por la primera opción. Mientras acababa Lo verdadero es un momento de lo falso, creó un perfil en Facebook de Pumuky, el cantante protagonista de la novela. ‘Los mensajes que publicaba eran míos, pero participábamos unas 10 personas. Por ejemplo, una amiga dj decidía la música que Pumuky colgaba. Muchos creyeron que existía de verdad. Había gente que le mandaba 30 mensajes al día, chicas que decían estar enamoradas de él’. Creó tanta pasión que cuando un vídeo anunció la muerte del personaje llovieron denuncias de los aficionados al perfil que fue borrado por la administración de Facebook. Por entonces, Pumuky tenía más de 4.000 amigos. Etxebarria sostiene que nunca se lo planteó como operación de marketing, pero reconoce: ‘Las redes sociales son la nueva vía para hacer publicidad. Para triunfar hay que tener una creatividad salvaje’.
Millones de usuarios, un mercado gigante que permite interactuar con los lectores. Las editoriales están empezando a descubrir ese potencial. Una de ellas es revelar indicios sobre el misterio de un periodista asesinado porque sabía demasiado. El perfil de Facebook de Conspiración octopus, último libro de Daniel Estulin, cuenta con 1.023 fans y ofrece documentos e imágenes que ayudan a solucionar los enigmas. ‘Creemos mucho en los nuevos medios, es una manera de hacerlo todo más real’, sostienen en el departamento de marketing de Ediciones B, editores del libro.
No solo se trata de literatura. 62.291 personas siguen los tweets del físico Sheldon Lee Cooper, protagonista de la serie televisiva The Big Bang theory. Barney Stinson, el amigo ligón de la serie Cómo conocí a vuestra madre, tenía ayer 107.976 seguidores en Twitter. El personaje, interpretado por Neil Patrick Harris, escribe también en un blog, al que se refiere en la serie. Lo mismo pasa con todas las webs citadas en los capítulos: existen de verdad.
Un límite cada vez más sutil entre realidad y ficción. En el blog de la psicóloga de la serie televisiva La pecera de Eva, ‘los internautas pueden plantear problemas en directo’, explica David Alegrete, de Telecinco, emisora de la producción. Eva responde apenas da abasto, ya que los 102.988 aficionados en Facebook y 3.614 seguidores en Twitter también requieren su dosis de atención.
Cuando el escritor argentino Leandro Vesco creó un perfil en Facebook de su novela, no imaginaba lo que pasaría. Carhué cuenta la historia de la aldea del mismo nombre: el hilo conductor es una misteriosa fuente de soda del lago Epecuén con potencialidades curativas. Vesco inventó la leyenda, pero no los personajes: ‘Son reales, los puedes encontrar en el pueblo’. Ellos y otros habitantes de Carhué empezaron a dejar mensajes en Facebook, añadiendo elementos y fotos que ampliaron la historia. ‘Se escribió otra novela sobre Carhué, muchos empezaron a dudar de algunas cosas de su pueblo’, explica Vesco. La ficción se fusionó con la realidad: el límite puede ser muy sutil.