Monday, 25 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1315

Carles Esteban

‘El pasado domingo 30 de abril se produjo un extraño acontecimiento. Una misma fotografía ilustraba dos artículos completamente distintos. Nose tratóde un problema técnico, de aquellos que años atrás los periodistas atribuíamos a los duendes de la imprenta. La fotografía (que mostraba a una sonriente y feliz pareja con dos encantadores niños y dos perritos mirando atentamente el televisor) ilustraba un reportaje del suplemento Dinero dedicado al acoplamiento de la televisión e internet y al impacto que ello podría tener a nivel tecnológico y empresarial y también en los hogares. Pero en el espacio de Religión, dentro de la sección de Sociedad, la misma fotografía ilustraba una información en la que, con el título ‘Familia estatutaria’, se hablaba de la posición de los obispos catalanes ante el Estatut, y las reservas de algunos prelados ante algunos artículos referidos al modelo de familia, el aborto y otras cuestiones sociales. En el texto de Religión la fotografía llevaba el siguiente pie de foto: ‘Una festiva escena familiar: una pareja, sus hijos y las mascotas ante el televisor’. En la información del suplemento Dinero el pie de foto decía así: ‘Las generaciones ascendentes, familiarizadas con el entretenimiento digital, son reacias a la televisión tal como la conocemos’.

La famosa fotografía fue seleccionada por los responsables de suplemento Dinero de un catálogo de fotografías de archivo y fue comprada a la agencia Corbis, una empresa especializada en imágenes de la vida cotidiana. Al adquirir la fotografía a través del departamento de Documentación, está quedó inmediatamente incorporada al fondo informático de imágenes a disposición de toda la redacción. Los responsables de Dinero montaron la página incorporando el texto y la foto y la enviaron al proceso normal de producción del diario. En paralelo, el redactor encargado del área de Religión, Oriol Domingo, una vez acabado su artículo realizó, utilizando la palabra clave familia,una búsqueda en el fondo informático de imágenes. Aparecieron varias fotos, pero consideróque aquella era la mejor, y la envió junto a su texto para ser procesada. El día 2 de mayo, el lector Josep Elías llamóa esta oficina extrañado por la utilización de la misma foto en dos informaciones tan dispares. El servicio de Documentación considera que el fallo está en que la foto seleccionada y utilizada inicialmente en el suplemento Dinero no fue marcada como recientemente utilizada, ni se bloqueósu uso para otras secciones del diario, como debiera hacerse. Ninguno de los mecanismos de control de calidad del periódico detectó la anormalidad y así fue como una misma ilustración se utilizó como elemento gráfico en dos noticias diferentes. Aunque la fotografía ilustraba bien los textos, es obvio que habrá que perfeccionar el sistema para que una misma fotografía no pueda utilizarse simultáneamente en un mismo día en dos secciones del diario.

CANAL DE PANAMÁ. También el pasado domingo 30 de abril el corresponsal en México, Joaquim Ibarz, publicóen la sección de Internacional un interesante reportaje sobre el proyecto para ampliar la capacidad del canal de Panamá, la faraónica obra de ingeniería que conecta los océanos Atlántico y Pacífico a través del istmo que une América del Norte y América del Sur. El reportaje, extenso y documentado, iba acompañado de una fotografía y de un gráfico que mostraba el trazado del canal, así como su perfil, para resaltar los 26 metros de desnivel – entre el sistema de ríos, canales y lagos por los que discurre el canal y el nivel del mar- que deben salvar los buques a través de un sistema de tres esclusas dobles. El lector Sebastià Forné, experto en temas de navegación, llama a esta oficina por considerar erróneo un dato contenido en el reportaje cuando el periodista dice que ‘las actuales esclusas tienen 33,53 metros de ancho por 304,8 de largo, por lo que apenas pueden pasar los buques Panamax (que miden 32,3 metros de ancho con un calado de 12 metros y 294,1 metros de largo)’. El lector argumenta que los buques de la clase Panamax – contracción de Panamá máximo-, que pueden ser de diverso tipo (de pasajeros, portacontenedores, petroleros, militares, etcétera), ‘son precisamente los que, independientemente del uso al que estén destinados, tienen las medidas máximas admisibles por el complejo sistema de esclusas del canal de Panamá. Cualquier barco que cumpla el estándar de medidas de la clase Panamax puede atravesar el canal sin problemas porque están diseñados justamente para ello’. Joaquim Ibarz reconoce que ‘se trata de un problema de utilización del léxico, ya que al usar la expresión apenas quería decir que dichos barcos pasan muy justo, no que tengan dificultades para pasar’. El lector también muestra su reticencia ante el título del reportaje ( ‘Obras en la autopista interoceánica’) pues considera poco apropiado denominar autopista a una ruta marítima. Es respetable su opinión, pero creo que el uso periodístico del lenguaje puede resistir perfectamente la licencia de denominar autopista interoceánica al canal y no induce a ninguna confusión, aunque en puridad no sea una autopista.

CENTRALES NUCLEARES. El 30 de abril, la sección de Sociedad realizóun importante despliegue informativo a propósito del cierre de la central nuclear de Zorita. Entre las diversas informaciones se ofrecía un gráfico con la distribución de las 443 centrales nucleares que funcionan y las 23 que hay en construcción en todo el mundo. En la distribución territorial se atribuían seis centrales en funcionamiento y una en construcción a la zona de América del Sur y 122 en funcionamiento y ninguna en construcción en América del Norte. El lector Daniel Marcelo Pimentel envía un correo electrónico en el que resalta un error en estos datos: ‘Al citar las centrales nucleares de América del Sur se contabilizan seis centrales activas y una en construcción cuando lo correcto sería que existen cuatro activas y una en construcción, ya que hay dos centrales activas en Argentina (Atucha I y Embalse) y dos en Brasil (Angra do Reis I y II) mientras que la central en construcción está en Argentina (Atucha II). Supongo que la cantidad de seis se obtuvo de sumar las dos centrales en funcionamiento CORBIS en México como parte de América del Sur, cuando dicho país está en América del Norte’. El lector, que dice que espera ‘haber contribuido a enmendar un error común en Europa’, tiene razón, y en el mismo gráfico, en la información desglosada por países se registraban las dos centrales de México, que se sumaron incorrectamente a las de América del Sur en vez de hacerlo a las de América del Norte.

CAPITAL TURCA. El domingo 16 de abril la ciudad de Estambul vivióun atentado terrorista en un café, que se saldo con una treintena de heridos. La lectora Raquel Vicente señala que leyóla noticia en la edición digital de La Vanguardia y advierte que en la información se decía que el suceso había tenido lugar en la ‘capital turca’. Y agrega: ‘Tuve que volver a leer el titular otra vez y creo que, a fecha de hoy, la capital de Turquía sigue siendo Ankara. ¿O estoy equivocada? Un desliz que cualquier redactor puede tener’. Efectivamente, la capital de Turquía sigue siendo Ankara y está claro que se produjo un desliz al recoger la noticia de alcance. Debo hacer constar que el error fue posteriormente corregido, y en la edición convencional de La Vanguardia del día 17 se daba la información correcta, se describía Estambul como la ciudad más importante de Turquía pero no se la designaba como la capital del país. Comento este caso porque es importante resaltar que La Vanguardia Digital actualiza sus contenidos de forma permanente y a veces, como sucede en el directo en radio o televisión, la inmediatez conlleva riesgos, como demuestra el error que comentamos.’