Luego de transcurrir más de un año desde que dejó la presidencia, Álvaro Uribe Vélez confesó que no podía vivir como un ex presidente. De hecho, luego de haber dominado la política colombiana durante ocho años, a Uribe le ha resultado imposible desaparecer del centro de la escena desde que se fue de la Casa Nariño en agosto de 2010. En lugar de retirarse a su estancia de Antioquia, vive desde entonces en un complejo propiedad de la policía en la capital, Bogotá, con su mujer y sus dos hijos. Pasa el tiempo viajando al exterior para realizar disertaciones, ha sido invitado a dictar seminarios en la Universidad de Georgetown y más recientemente anunció la creación de una nueva plataforma política para oponerse al actual presidente Juan Manuel Santos.
Uno de los hobbies favoritos del ex presidente consiste en defender en forma agresiva su legado, involucrándose en diatribas contra sus adversarios políticos y críticos en la prensa. Uribe ha canalizado su espíritu combativo mayormente a través de Twitter. Cada semana, Uribe dedica horas en lanzar tuits beligerantes, principalmente dirigidos al gobierno de Santos, su ex aliado y anterior ministro de Defensa, al presidente venezolano Hugo Chávez, y a periodistas críticos.
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