En la clasificación universal de los pelmazos, el erudito sobresale por encima de todos los demás. Resulta más insoportable incluso que el pedante. Aunque el pedante sea una figura unánimemente vilipendiada, conviene recordar que, a diferencia del erudito, tiene cierta querencia por hacer el ridículo ante los demás, lo cual acaba provocando la hilaridad general. […]