John Perry Barlow (Wyoming, Estados Unidos, 1947) está considerado como pionero de Internet y la cibercultura. Este veterano ciberactivista, otrora poeta y ranchero, es referente en la defensa de una Red sin censura y autor de la Declaración de Independencia del Ciberespacio, en 1996. Perry señala que Internet nació sin jefe y así continuará, pese a los intentos de los Gobierno por controlar la Red.
Pregunta. En 1996 firmó la Declaración de Independencia del Ciberespacio. ¿Cómo ha evolucionado la Red?
Respuesta. El cambio más significativo ha sido el que afecta a la identificación y seguridad de los datos que se envían a través de Internet. Ahora, están cifrados desde su salida hasta su destino. Esto ha consolidado la comunicación entre los cibernautas. La Red es más fiable cada día. Debemos avanzar en este sentido, y preservar la soberanía de Internet frente a los intentos de los Gobiernos por controlar la información.
P. ¿Realmente no hay jefes en Internet?
R. No. La gente, los individuos que se conocen, acaban confiando mutuamente para tomar decisiones técnicas y mantener Internet como un espacio abierto. Siempre habrá maneras de eludir los intentos de control. Internet funciona con el esfuerzo combinado de mucha gente, desarrollando nuevos dominios, nuevas rutas. Nadie puede decir a esta gente lo que tiene que hacer. En cierta medida, son los masones del siglo XXI, semejantes a los que planeaban las catedrales góticas.
P. ¿Qué ha supuesto Wikileaks para la libertad?
R. Es el ejemplo de la victoria de los cibernautas. Solo ganarán si pueden cerrar Wikileaks, pero no han podido.
P. ¿Cree que desde la irrupción de Wikileaks el mundo es más libre?
R. Absolutamente. Para ser totalmente libres es necesario saber qué está haciendo tu Gobierno. No puedes ser libre si tu Gobierno esconde secretos. Los secretos son el enemigo más tóxico de la libertad.
P. ¿Cómo han influido las nuevas tecnologías en las revoluciones del mundo árabe?
R. Han tenido un gran papel. Pero hay otros factores. Cada sistema tiene su punto de inflexión y llega un momento en el que la gente dice basta y se planta. Otra clave ha sido el componente de juventud de la población árabe, en concreto un 70% es menor de 30 años. Muchos de ellos, por tanto, con un elevado nivel de formación. Han sido capaces de encontrarse los unos a los otros para aunar una protesta colectiva y decir a su Gobierno que estaban hartos. Cuando llegas a este punto solo quedan dos alternativas: el suicidio o apostar por la liberación de tu país. Si sabes que hay muchos que piensan lo mismo y tienes un lugar seguro donde reunirte, hacer una asamblea donde no haya pistolas apuntándote, entonces puedes hacer una revolución.
P. Los críticos con la Red plantean dos reparos. La privacidad de las personas y los flujos de información no veraces.
R. Internet es libre como la naturaleza. Se pueden establecer algunos límites temporalmente, pero los Gobiernos y las instituciones tienen que ser tan transparentes como los individuos. Está claro que no hay mejor manera para difundir rumores y cotilleos que Internet. Las mentiras se extienden más rápido que las verdades, pero al final la verdad prevalecerá, sobre todo en apartados como el de los derechos humanos.
P. ¿Cómo se imagina la Red dentro de 50 años?
R. Para mí, lo importante es el genocidio climático que se avecina, y ante ese drama creo que el hecho de tener un Internet más o menos avanzado será irrelevante. En ese escenario la Red podría ser útil para plantear soluciones alternativas, pero no es una cuestión que me haya planteado, me preocupa más el cambio climático.