Friday, 22 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1315

O jornalismo na revolução digital

Leer el currículum de Ramón Salaverría, uno de los referentes académicos más importantes del mundo en cuanto a periodismo digital se refiere, es recorrer paso a paso los aspectos más relevantes de estos diez años de vida de las publicaciones en el ciberespacio.

Ensayos, errores, logros, pero ante todo de demostraciones, determinan la existencia de los cibermedios.

Este reconocido investigador, encargado de liderar, entre muchas otras tareas, el Laboratorio de Comunicación Multimedia (MMLab) de la Universidad de Navarra, en Pamplona (España) habló con elpais.com.co sobre temáticas fundamentales de la infancia del periodismo digital y del lanzamiento de su nuevo libro Redacción ciberperiodística en internet.

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Hablenos un poco sobre su nuevo trabajo editorial…

Ramón SalaverríaRedacción ciberperiodística en internet es un libro que se encuentra en las librerías españolas desde la semana pasada. La publicación aborda una cuestión bastante novedosa en el ámbito del periodismo como lo es la redacción específicamente para medios digitales.

Es una obra de carácter didáctico, orientada no tanto a mostrar aspectos teóricos sino prácticos de la enseñanza de la redacción para internet, en la cual se identifican ciertas peculiaridades que todavía se encuentran en una etapa de madurez, porque hasta ahora lo que se ha hecho básicamente es trasladar a los medios digitales, no solamente los contenidos sino también los formatos y géneros propios del ámbito de lo impreso.

¿Cuáles son esas peculiaridades?

R.S. – Se trata en primer lugar de aprovechar las características lingüísticas del ciberespacio, que podríamos caracterizar en tres: hipertextualidad, interactividad y multileanidad.

Hipertextualidad entendida como la capacidad de conectar distintos textos entre sí y por tanto poder realizar itinerarios de lectura a voluntad del lector. La interactividad asimilada como la capacidad por parte del consumidor, no solamente de ser un usuario pasivo sino de elegir los itinerarios de lectura y posibilitar diálogos con el productor de la información, y la multileanidad, interpretada como la capacidad de articular mensajes que contienen textos, imágenes, sonidos, entre otros aspectos, de manera unitaria.

Gracias al aprovechamiento de esas tres cualidades expresivas están surgiendo nuevos géneros periodísticos, como por ejemplo, la infografía interactiva o los reportajes multimedia, que de alguna manera son desarrollos de géneros que ya existían en medios anteriores, pero que contienen unas características absolutamente propias de los medios digitales.

¿Los resultados que arroja su última publicación son aplicables específicamente al periodismo digital en España?

R.S. – He procurado no regirme únicamente a ejemplos españoles. Me consta que en América Latina hay personas que están interesadas en las investigaciones sobre el tema y fui bastante equilibrado a la hora de incluir ejemplos de otros países, como Argentina, Brasil, Portugal, Italia, Francia, etc.

España se encuentra sin duda a la cabeza del mundo en el desarrollo del lenguaje multimedia, y en competencia directa con países como Estados Unidos o el Reino Unido, pero esto no quiere decir que la obra esté basada en medios españoles.

¿Qué aspectos de la investigación en medios digitales le preocupan principalmente?

R.S. – Por un lado, es claro que todavía existe una incógnita sobre cómo hacer rentables los medios digitales y por otro, el de las características lingüísticas de los contenidos en internet, situación última que interesa, incluso, más a los investigadores que a los propios profesionales de los medios digitales.

Nosotros, quizás, no estamos tan agobiados con el día a día del trabajo periodístico ni muy presionados por la información de última hora y desde esa perspectiva, un poco más relajada, tratamos de ver cuáles son las posibilidades para crecer. En ese sentido, las universidades todavía están tardando bastante en calar.

¿Qué opina de la participación del lector a través de la reciente explosión de los blogs?

R.S. – Es el síntoma de un cambio de paradigma en el periodismo. Básicamente durante el Siglo XX los medios de comunicación tradicionales, entendían su labor como algo unidireccional, era el medio el que contaba la información, y el público tenía una capacidad de respuesta muy limitada.

En el caso de los medios impresos, encontramos las cartas al director y en el caso de la radio, respuestas vía telefónica. Los blogs son la muestra de que está cambiando el paradigma unidireccional.

No estoy diciendo que vayan a sustituir a los medios de comunicación, pero, primero, estos últimos van a tener que aprender a compartir esa visibilidad pública y la capacidad de difundir contenidos, y en segundo lugar, me parece que van a recibir una cura de humildad, porque los bloggers y los usuarios de internet en general, tienen una gran capacidad fiscalizadora sobre la información que realizan los periodistas, una posición que tiene sus consecuencias.

El caso más reciente es el del periodista Dan Rather, quien tuvo que pedir disculpas públicas por ofrecer informaciones falsas, situación que fue revelada por algunos bloggers.

¿Cuál puede ser el avance más significativo que pueda ocurrir en el futuro con respecto a la redacción para internet o al periodismo digital?

R.S. – El siguiente reto es el de la movilidad. Hasta ahora los medios digitales han estado condicionados a un pc o computador fijo, pero ahora el salto es hacia la posiblidad de navegar de una manera adecuada, fácil y con disponibilidad de contenidos multimedia, y lo mejor, desde dispositivos móviles como agendas electrónicas y teléfonos celulares.

Entonces este salto va a suponer una nueva complicación para la prensa impresa que hoy se puede llevar debajo del brazo, en tanto que para chequear los cibermedios es necesario conectarse a internet desde algún ordenador.

Ahora, esa ventaja competitiva de la movilidad con la que contaba el medio impreso va a desaparecer. Se auguran cuestiones interesantes para el futuro.

¿Cómo califica el periodismo digital latinoamericano?

R.S. – El periodismo digital en todo el mundo todavía está sufriendo las consecuencias de la crisis económica que abatió a internet a finales de los años 90 y principios del 2000. Ahora es cuando parece que los cibermedios comienzan a renacer en términos empresariales, y es de esperar que en los próximos tres años nos encontremos con un reflorecimiento de estos medios.

En ese sentido, en América Latina, dicho período un tanto sombrío se agudizó incluso con algunas crisis económicas, en el caso de Argentina y Brasil. Lo anterior ha llevado a que los medios en internet en Lationamérica sean bastante conservadores en sus estrategias.

Innovan relativamente poco, aunque también es verdad que se empiezan a detectar iniciativas interesantes, aunque todavía no se equiparan con el interés que podemos encontrar en España u otros países occidentales.

¿Qué aspectos debe mejorar el periodismo latinoamericano con respecto a las tres vertientes de un medio digital?

R.S. – No hay que negar que también se detecta una estrategia bastante conservadora en lo que se refiere a los lenguajes periodísticos.

Básicamente los medios digitales en América Latina se limitan a reproducir en internet los contenidos que previamente han elaborado para las ediciones impresas, y por tanto, lo que sucede es que los formatos periodísticos terminan siendo directamente herededos del medio impreso.

Aún así, existen algunos ejemplos, como el caso del diario El Clarín, de Argentina, que ha experimentado con nuevos formatos específicos, como los reportajes multimedia, en los que se aprovecha la posibilidad de intercalar videos, imágenes en movimiento, sonidos, relatos infográficos, etc.

Este tipo de experiencias sirve para avanzar en el lenguaje propio de los cibermedios. Por otra parte, creo que esto también tiene que ver con la falta de investigación por parte de las universidades. No existe aún un pensum que esté promoviendo de alguna manera el desarrollo de estas nuevas ideas en las redacciones.

Asimismo, supongo que esto también se debe a una cuestión de tiempo y en lo que me corresponde intentaré que con publicaciones como esta se promueva un poco el debate.

¿Cree que el posible atraso en medios latinoamericanos se deba al desconocimiento de los medios tradicionales acerca del periodismo digital?

R.S. – Yo diría desconocimiento y no exageraría tampoco, si dijera menosprecio. Existe un cierto menosprecio, porque esa es la palabra, desde los periodistas, particularmente del ámbito impreso, respecto a internet. De alguna manera lo ven como a un hermano menor, y en algunos casos, cuestionan si lo que hacen en la red es periodismo.

Los periodistas que trabajan en medios digitales forman parte de redacciones reducidas, en las que en ciertas ocasiones lo único que se limitan a hacer es a editar los contenidos que otros han elaborado. Lo anterior provoca que los autores originales de esos contenidos duden de la capacidad del periodista digital.

Aquí en España encontramos algunos medios, `se cuentan con los dedos de la mano´, que tienen ediciones digitales con un número de periodistas respetable, es el caso del periódico que más ha apostado por fortalecer su edición virtual, el mundo.es, que actualmente trabaja con 76 personas, 46 de las cuales son periodistas y el resto lo conforman informáticos, comerciales, entre otros.

Curiosamente, esta es la publicación española más rentable de todas las que existen. Creo que esta misma situación de pocos periodistas es el común denominador en América Latina, y esto hace que los periodistas que trabajan para el medio impreso, o incluso para la radio o la televisión, vean con un cierto menosprecio a los medios digitales.

¿Cuáles podrían ser las soluciones o caminos para que esta situación mejore?

El tiempo por si solo está haciendo que las cosas maduren, el tiempo cura bastantes cosas, y algunas de las que ha curado es el miedo y el rechazo que existió al principio por parte de los medios de comunicación hacia la red.

Hoy, las empresas entienden como algo absolutamente natural, el hecho de que internet es un terreno en el que deben desarrollarse, tarde o temprano. Es un hecho que la revolución de internet no tiene vuelta atrás.

¿Apoya la convergencia de redacciones o definitivamente cada área debe trabajar con su propia plantilla y sus propios mecánismos de producción?

R.S. – Han habido experiencias en ambos sentidos. Por un lado, de unión de las dos redacciones, y por otro, de absoluta independencia. Parece que cada vez más, el punto clave es una especie de combinación de ambas.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que los ritmos editoriales del medio impreso y el digital son completamente diferentes. El ciclo de producción de un diario impreso establece unos procesos cuyos lapsos son de un día. Por el contrario, en los medios digitales, el ciclo es absolutamente inmediato, es una cuestión de minutos, por lo tanto, articular los ciclos de producción de ambas áreas es notablemente complicado.

En ese sentido, como mínimo, debe existir una redacción específica para cada uno de los dos medios. Ahora bien, el hecho de que existan dos redacciones propias, no quiere decir que estén absolutamente incomunicadas la una de la otra. Lo inteligente y lo necesario sería establecer una cierta autonomía en esas dos redacciones, pero a la vez una serie de canales de comunicación internos que brinden a ambos espacios la posibilidad de coordinarse entre sí.

De ahí que hay que tratar de generar círculos virtuales entre la redacción impresa y la digital.

¿Esas nuevas rutinas o círculos virtuales podrían entonces obligar a la prensa escrita a que se dedique especialmente al pre y pos de la información, y dejarles un poco más la inmediatez a los medios electrónicos?

R.S. – En eso tiene bastante razón, cuesta entender como los medios impresos después del Siglo XX, en el que tuvieron la competencia, primero de la radio, y después de la televisión, no entiendan que su papel no es dar la noticia, la exclusiva, sino tratar de explicar la información, ese es el lugar lógico que dentro de la cadena informativa le corresponde a la prensa.

Antes, el primer medio que habitualmente daba la información era la radio, a continuación llegaba la televisión, y al día siguiente, el periódico explicaba el hecho. Ahora, incluso los propios medios digitales están por delante de la radio, porque ésta habitualmente se somete a unos boletines horarios y a unas pautas.

En internet ni siquiera ocurre eso, ya que conforme llega la información, ésta puede ser comunicada. De ahí que una de las cuestiones que todavía debe enfrentar la redacción impresa es la capacidad de asimilar el papel que le corresponde en la cadena informativa. Un papel, por una parte, explicativo de lo que fue, y un papel anticipativo de lo que puede llegar a ser. Hablar del por qué y del para qué.

¿Cree que la inmediatez de internet puede eximir al periodista digital de saltarse algunos preceptos del periodismo tradicional que se ejerce en un impreso?

Bueno, hay una cuestión redaccional, pero antes que eso, hay una cuestión deontológica, y en relación con ello, me opongo rotundamente a que un periodista pueda saltarse ciertos criterios deontológicos, como por ejemplo, la verificación informativa, la confirmación de varias fuentes, la precisión, entre otros.

Precisamente lo que ha traído internet, es la necesidad de que los periodistas reafirmen todavía más su compromiso con los valores tradicionales de la calidad periodística y la deontología, porque de otro modo los medios digitales jamás van a ser tenidos en cuenta.

En cuanto a la redacción, el hecho de que se tenga que escribir más rápido, hace que surjan una serie de formas redaccionales que en internet están cobrando mayor protagonismo, pues cuando uno tiene que comunicar algo por escrito de manera muy rápida, emergen nuevos géneros.

Un caso paradigmático serían las crónicas simultáneas, por ejemplo, de partidos de fútbol. Un género que no existía en el impreso porque no era necesario.

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Perfil

Ramón Salaverría. Burgos, 1970. Doctor en Periodismo. Director del Laboratorio de Comunicación Multimedia (MMLab) de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.

Dicta las asignaturas Periodismo especializado, Tecnología de la Información Periodística y Comunicación e información Escrita I en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.

En cuanto a cursos de posgrado, es profesor de periodismo digital, desde 1998, en el Master em Jornalismo para Editores en São Paulo (Brasil). También es profesor invitado, desde 2001, en el Master de Medios de Comunicación de La Voz de Galicia (A Coruña) y en el Master en Gestión de Empresas de Comunicación (Pamplona). Desde 2002 es profesor asimismo del Máster en Periodismo Digital del IUP, organizado en colaboración con la Escuela de Periodismo UAM – El País.

En su producción bibliográfica se destacan, entre otros libros, Redacción periodística en internet (Eunsa, 2005) y el Manual de Redacción Ciberperiodística (Ariel, 2003).

Pertenece al Management Committee del proyecto de investigación ‘The impact of the Internet on the mass media in Europe’ (2001-2004).

Participa como investigador responsable en el proyecto ‘El impacto de Internet en los medios de comunicación en España’ (2003-2005).

Es autor y editor del portal e-periodistas. También es editor del Boletín MMLab, publicación lanzada en marzo de 2000 y difundida por correo electrónico, que recopila noticias nacionales e internacionales sobre comunicación. Codirigió la creación, en abril de 2001, de la Guía de expertos de RedIRIS, en la cual administra el Área para periodistas.

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