Acusado de “difamación” al gobierno, al igual que el diario El Universo, el caricaturista Xavier Bonilla (Bonil) dispone de un plazo de 72 horas, a partir de este 3 de febrero de 2014, para “rectificar” una de sus caricaturas. La conminación de la Superintendencia de Información y Comunicación –instituida por la Ley Orgánica de Comunicaciónaprobada el 14 junio de 2013– también obliga a El Universo a pagar una multa de 2% de su facturación de los últimos tres meses.
La caricatura de Bonil, publicada en El Universo el 28 de diciembre pasado, denunciaba un allanamiento abusivo realizado por las fuerzas del orden en el domicilio de Fernando Villavicencio, periodista y asesor de un diputado de oposición. El toque de humor no hizo reír al le presidente de la República, Rafael Correa. Si El Universo acepta pagar la multa, el caricaturista cuenta protestar por la decisión.
“¿Cómo se puede rectificar una caricatura, que por naturaleza es exagerada? ¿De ahora en adelante Xavier Bonilla se verá obligado a hacer una autocrítica por cada una de sus obras que desagrade a las autoridades? Esta decisión es absurda y peligrosa. Durante las reuniones con el Superintendente de Información y Comunicación, Carlos Ochoa, y el Secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, en noviembre pasado en Quito, advertimos sobre el aspecto liberticida de la Ley Orgánica de Comunicación, que intenta imponer un control de los contenidos públicos o difundidos”, lamenta Lucie Morillon, directora de Investigación de Reporteros sin Fronteras.
“Esta decisión constituye sin duda el peor punto de partida en la aplicación de una ley que, por otra parte, habíamos subrayado, posee intenciones loables en lo que se refiere a la regulación de frecuencias audiovisuales. Además del problema que plantea la conminación como tal, aparece de entrada el cuestionamiento de la Superintendencia de Información y Comunicación como ‘jurisdicción especial’, que va contra los principios constitucionales”, agregó la organización, que pide se retiren los cargos presentados contra Bonil en nombre de la libertad de expresión.
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