Friday, 22 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1315

Carles Esteban

‘El lector Alex Legemaate remite un correo electrónico a propósito de un anuncio publicado en La Vanguardia de la película Hostel, producida por el director norteamericano Quentin Tarantino. Dice el lector: ‘Para empezar, no me considero en absoluto una persona mojigata. Por ejemplo, no creo que las imágenes de anuncios con cuerpos sugerentes dañen la mente de nuestros hijos (siempre que en su casa se deje claro que son un cebo, que la mujer – o el hombre- no son meramente objetos estéticos). Tampoco creo en censurar las cosas. Creo que aplicando el sentido común debería bastar’. Y añade: ‘Sí creo lícita la provocación en determinados ámbitos: por ejemplo, para hacernos reflexionar sobre algún error que cometemos como sociedad, o bien como ejercicio voluntario; es decir, que la gente acuda a la obra provocadora. Pero no al contrario: que la obra provocadora invada el espacio público de manera fatua. Dicho esto me pregunto si se debería haber permitido publicar la imagen del cartel promocional de la película Hostel en un diario como el suyo, que se publica para todos los públicos. Esa imagen es poderosa: dura, agresiva, dolorosa, angustiosa… Sí, ahora estoy hablando de ella, su autor lo ha conseguido. Pero ¿a qué precio? Es una imagen clara de tortura. No me gusta que haya entrado de este modo en mi mente. ¡Y no me gusta que entre en la mente de un niño, ni aunque sea un niño con unos padres que le estén educando bien!’.

Para quienes no conozcan o no hayan oído hablar de esta película cabe reseñar que se trata de una producción apadrinada y presentada por el director Quentin Tarantino, escrita y dirigida por Eli Roth y que en síntesis narra una historia extremadamente violenta de torturas a cambio de dinero. El cartel que motiva la comunicación del lector muestra a un hombre con una expresión de pánico en su rostro mientras un taladro perfora su labio inferior. Una imagen ciertamente espeluznante.

El departamento de Publicidad de La Vanguardia explica que la campaña promocional de esta película llegó, como la inmensa mayoría de los anuncios de películas en cartelera o de estreno inminente, a través de una agencia de medios, o sea, por el camino habitual, y que se trata del mismo anuncio publicado en la mayoría de los diarios y revistas del país. Lluís Bonet Mojica, crítico cinematográfico de La Vanguardia, por su parte, considera que ‘el anuncio de Hostel, desagradable pero sin duda digerible para los incondicionales del llamado cine gore, publicado en La Vanguardia y otros diarios, curiosamente, no se corresponde con el cartel oficial, también sombrío pero no tan desagradable, de esta película norteamericana apadrinada por Tarantino y realmente excesiva, por decirlo moderadamente’. ‘En la publicidad utilizada en EE. UU. se descartó una imagen tan terrible como la que se ha empleado en la promoción española’, añade. Un hecho que sin duda debería hacernos reflexionar sobre la necesaria autorregulación (que no censura) de los medios de comunicación a la hora de seleccionar los contenidos informativos o publicitarios, pero también a las compañías que promocionan sus productos, y que en algunas zonas del mundo no se atreven a utilizar anuncios con contenidos extremos – o no les dejan- y en otras en cambio se acogen al principio de barra libre.

D´ARTAGNAN. El 27 de marzo, en la sección Vivir, Xavier Mas de Xaxàs publicó un reportaje con el título ‘El presente y el futuro de la alta cocina en Europa se debaten en Toulouse’. En un fragmento de su trabajo Mas de Xaxàs decía que este encuentro de gastronomía tenía lugar ‘en la patria del Airbus y de D´Artagnan’. El lector Joaquim Ventura escribe a propósito de esta aseveración: ‘Xavier Mas de Xaxàs considera el Airbus y D´Artagnan – el protagonista de Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas- como símbolos de la ciudad. Hay que reseñar que Toulouse es la capital del Languedoc y que D´Artagnan era gascón. La Gascuña es una zona de habla neolatina sobre substrato euskérico, circunstancia que hace que su lengua resulte diferente dentro del conjunto de las otras lenguas occitanas. Por tanto, D´Artagnan (o D´Artanhan en grafía gascona) nunca podría representar a la ciudad de Toulouse’. Y aporta varias direcciones de internet para reforzar su argumentación (www. aci. gasconha. en-action. org y www. gascogne. fr/ histoire/ dartagna. htm).

Xavier Mas de Xaxàs responde que ‘la región de Midi-Pirineos y la ciudad de Toulouse promocionan la figura de D´Artagnan como hijo del país’. ‘La información la obtuve – señala- de la web turismo. midi-pyrenees. orgy de la enciclopedia on line Wikipedia. Una de las atracciones de Toulouse, por ejemplo, es una excursión a la población vecina de Auch para conocer a parientes lejanos de Carles de Montesquiou, conde D´Artagnan, mosquetero del rey, nacido en el castillo de Castelmore un día imposible de precisar entre 1610 y 1620’.

TRALLERO-MANJÓN. En el artículo del pasado domingo hacía referencia a las reacciones suscitadas entre algunos lectores por un artículo de Manuel Trallero crítico con Pilar Manjón, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo del 11-M. Como consecuencia de mi escrito, esta semana han llegado a esta oficina nuevas comunicaciones a propósito del tema. Agustín Bas Serra dice sentirse identificado con las opiniones de Manuel Trallero y considera que hay muchas personas que piensan como él. Marta Castanyer también está de acuerdo con las tesis sostenidas por el articulista, al igual que M. J. Climent, que califica el artículo de ‘valiente’. Finalmente, Ana Gómez Beneito comunica telefónicamente su solidaridad con el articulista, con el que comparte puntos de vista.

Por el contrario, otros lectores han remitido comunicaciones en las que manifiestan su desacuerdo con las tesis mantenidas por el articulista en su respuesta a los lectores a los que disgustó el artículo. Joan Jiménez considera la argumentación de Manuel Trallero ‘insostenible’, mientras que Mari Carmen Ardill dice que son muchos los lectores a quienes ofenden las descalificaciones y lo que ella define como ‘el estilo amargo’. Albert de la Hoz Bofarull reconoce que Trallero tiene razón cuando dice que ‘el dolor no quiere decir tener la razón’, pero le pide ‘que no se meta nunca más con personas que han perdido un hijo, porque ni él ni nadie que no lo haya sufrido sabe lo que eso significa’. Finalmente, Álvaro Ardura considera que el artículo que causó la polémica no tenía argumentos sólidos, ‘y la réplica aún menos’.’