El Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ) publicó su informe mundial sobre infracciones a la libertad de prensa, Ataques contra la prensa, en seis países en diferentes regiones el 16 de febrero. El libro, de 360 páginas, recurre a las investigaciones propias del CPJ así como a información reunida por otros miembros de Ifex, y describe las luchas y amenazas que enfrentan los periodistas y cómo estas infracciones a la libertad de prensa corrompen el flujo de información y debilitan la democracia. La investigación ofrece un análisis sistemático y basado en hechos sobre el ambiente de medios en más de 100 países, con información sobre periodistas muertos, encarcelados y las repercusiones de obligar a los periodistas a salir al exilio.
En África, docenas de periodistas han huido al exilio debido a la intimidación y violencia, especialmente en Somalia, Etiopía y Eritrea. Con este éxodo de reporteros, las comunidades locales ya no tienen una fuente de información fiable, los Gobiernos o las facciones políticas asumen el control de las empresas de noticias que antes eran independientes, y hay menos periodistas que tengan las normas profesionales y la capacitación necesarias para reunir noticias en forma independiente. Muchos periodistas que permanecieron en Etiopía y Eritrea fueron encarcelados. En Somalia, los periodistas de habla inglesa son atacados. Esto significa que sin reporteros locales fiables, los reporteros internacionales ya no pueden obtener noticias. En el exilio en Nairobi, separados de sus seres queridos, viviendo en la calle, los periodistas somalíes se enfrentan a acoso y detención arbitrarios. En la presentación en Nairobi de la investigación del CPJ, los periodistas somalíes señalaron los riesgos que enfrentan los periodistas locales en el país asolado por la guerra; nueve periodistas fueron muertos en 2009.
Reforma é missão prioritária
En América, el espionaje ilegal por parte de organismos de inteligencia nacionales ha creado un efecto glacial y las fuentes están cada vez más renuentes a hablar con los periodistas. Los agentes de seguridad del Estado cubanos han mantenido a periodistas y disidentes bajo espionaje constante durante decenios. En 2009 en Colombia, los agentes sometieron a periodistas, políticos, jueces y defensores de los derechos humanos a espionaje telefónico ilegal e intercepción de correo electrónico. Y en Argentina hubo una investigación federal que examinó si los agentes intervinieron los teléfonos y espiaron las cuentas de correo electrónico de periodistas críticos, políticos, jueces y artistas como parte de una estrategia para desacreditarlos y detener su trabajo.
En Bogotá, el 16 de febrero, el CPJ y la organización local Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) presentaron sus informes anuales en forma conjunta. También se reunieron con autoridades, entre ellas el presidente Alvaro Uribe Vélez, para analizar los hallazgos de los informes. Los delegados pidieron al gobierno colombiano que procesara a los responsables de espionaje ilegal y se abstuviera de acusar a los miembros de los medios de tener conexiones con grupos armados, sin aportar evidencia alguna, pues pone sus vidas en peligro.
La investigación del CPJ señala el poder de internet en el Medio Oriente al llevar los informes de derechos humanos a un público masivo mediante los blogueros, a pesar de los violentos ataques contra los críticos por parte del estado, y la resiliencia de los periodistas árabes. ‘Una investigación practicada en 2008 entre 600 periodistas en 13 países árabes por parte de la Universidad Americana en El Cairo encontró que la mayor parte de ellos creía que su misión primordial era impulsar la reforma.’
O panorama da liberdade de imprensa
En una conferencia de prensa en El Cairo, Naziha Rejiba, editora de la publicación en línea tunecina Kalima y una ganadora en 2009 del Premio Internacional de Libertad de Prensa del CPJ, ofreció una descripción sin adornos del acoso que enfrentan los periodistas tunecinos. ‘No nos matan físicamente […] pero asesinan nuestro carácter.’ En las Naciones Unidas, en Nueva York, el periodista iraniocanadiense Maziar Bahari, quien fue detenido y torturado durante 118 días en la cárcel de Evin en Teherán, pidió al secretario general dar prioridad a la libre expresión.
Para Asia, el libro incluye una sección especial sobre la cultura de la impunidad en Filipinas con una descripción detallada de la masacre de 32 periodistas en noviembre pasado en un hecho de violencia relacionado con las elecciones.
Para la presentación internacional del libro, en Tokio, el CPJ encabezó una mesa redonda sobre la forma en que la tecnología y el ascenso de los medios sociales está cambiando el paisaje de la libertad de prensa, con un debate sobre los periodistas ciudadanos que envían fotos de protestas en las calles en Irán y otros ejemplos que destacan a los peores perpetradores de abusos.