En 2007 han matado al menos a 86 periodistas en todo el mundo. Desde 2002, el número aumenta constantemente. En cinco años ha pasado de 25 a 86, lo que supone un alza del 244 %. Hay que remontarse hasta 1994 para encontrar una cifra más alta. Aquel año, encontraron la muerte 103 periodistas, la mitad de ellos en el genocidio de Ruanda, cerca de una veintena en Argelia, víctimas de la guerra civil, y una decena en la antigua Yugoslavia.
A más de la mitad de los periodistas muertos en 2007 los mataron en Irak.
La reacción de Reporteros sin Fronteras:
‘En ningún país han matado nunca a tantos periodistas como en Irak. Desde la invasión norteamericana, en marzo de 2003, allí han matado al menos a 207 profesionales de los medios de comunicación. Ni la guerra de Vietnam, ni el conflicto en la antigua Yugoslavia, ni siquiera las masacres de Argelia o el genocidio rwandés causaron tantas víctimas entre los profesionales de la prensa.
‘Es absolutamente necesario que las autoridades iraquíes y norteamericanas – que también han cometido graves violencias con los periodistas – adopten medidas para intentar yugular esa violencia. Los periodistas iraquíes no son víctimas de balas perdidas, los grupos armados los toman deliberadamente como objetivos. El gobierno iraquí no puede acabar repentinamente con la violencia que asola el país. Pero, en cambio, sí puede enviar algún gesto fuerte a los asesinos, haciendo todo lo posible para buscarles y llevarles ante la justicia.’
‘En Somalia y Pakistán hacía varios años que no mataban a tantos periodistas. Somalia sigue pareciéndose a un far-west, donde la única ley que triunfa es la del más fuerte. Allí, los medios de comunicación son blancos fáciles. En Pakistán, los periodistas se encuentran atrapados en el fuego cruzado del ejército, los grupos islamistas y las organizaciones criminales. La única buena noticia de este año está en Colombia, donde no hubo periodistas asesinados a causa de su trabajo. Es la primera vez que ocurre en quince años’.
Todos los periodistas muertos en Irak (47 víctimas), con excepción de un reportero ruso, eran de nacionalidad iraquí. La mayoría trabajaban en medios iraquíes y fueron víctimas de asesinatos deliberados. Con frecuencia, resulta difícil establecer el móvil con precisión pero, en todos los casos, está relacionado con el trabajo de las víctimas o con la naturaleza del medio en que estaban empleados. Los grupos armados toman como blancos a los periodistas de medios cercanos a alguna corriente religiosa diferente de la suya y a quienes colaboran con órganos de prensa extranjeros, o financiados con dinero extranjero.
Para no arreglar nada, las autoridades dan muestras de un inmovilismo preocupante. De momento, el gobierno iraquí no ha sido capaz de encontrar ninguna respuesta eficaz a esa violencia. Una de las pocas propuestas de los dirigentes del país ha sido permitir que los periodistas puedan a su vez ir armados, para defenderse en caso de ataqueŠ
En Somalia (8 muertos), una inédita oleada de violencia ha puntuado uno de los años más mortíferos desde hace diez, durante el cual grupos de insurgentes islamistas acosaron a las tropas del gobierno de transición, y de su aliado etíope. En este contexto, mientras que generalmente la prensa extranjera evita ir a uno de los países más peligrosos del mundo, los periodistas somalíes, en primera línea, sufren violencia y anarquía.
La mitad de los ocho periodistas, a los que han matado en 2007, han sido víctimas de asesinatos deliberados, llevados a cabo por asesinos a sueldo. Tres eran importantes personalidades del mundo de los medios de comunicación, y entre ellos estaban el cofundador de Radio HornAfrik, un célebre cronista y el director del grupo de prensa Shabelle Media. Después de esos asesinatos abandonaron el país la mayoría de los responsables de medios independientes, por temor a ser los siguientes de la lista. Los periodistas de Mogadiscio temen que su ciudad se convierta en un ‘pequeño Bagdad’.
En Pakistán (6 muertos), los atentados suicidas y los violentos combates entre el ejército y los islamistas explican, en parte, el aumento del número de periodistas a los que han matado en 2007. Muhammad Arif, del canal Ary One World, es una de las 133 víctimas del atentado suicida dirigido contra la opositora Benazir Bhutto, que tuvo lugar en octubre, en Karachi. En abril, un kamikaze que pretendía asesinar a un ministro mató a 28 personas, y entre ellas al joven fotógrafo freelance Mehboob Khan.
En junio fue Noor Hakim, del diario en urdu Pakistan y vicepresidente de la Unión de Periodistas de las Zonas Tribales (TUJ), quien murió en un atentado cometido en la zona tribal de Bajaur (Noroeste). A Javed Khan, camarógrafo de DM Digital TV, le mataron en julio mientras cubría el asalto de las fuerzas de seguridad a la Mezquita Roja, en Islamabad.
En Sri Lanka (3 muertos), la intensificación de los combates entre las fuerzas de seguridad los Tigres Tamules ha ido acompañada de una guerra sucia llevada a cabo por militares y paramilitares contra los periodistas tamules, especialmente en Jaffna. También en 2007 el diario Uthayan se vio particularmente afectado: asesinaron a un joven periodista y secuestraron a un secretario de redacción. A otros dos reporteros les mataron en zonas controladas por el gobierno.
En Eritrea (2 victimes), país situado en el último lugar de la clasificación mundial de la libertad de prensa establecida por Reporteros sin Fronteras, un periodista murió en la cárcel. Fessehaye Yohannes, apodado ‘Joshua’, una de las grandes figuras de la vida intelectual del país, murió a principios del año 2007, probablemente por las condiciones en que estaba detenido, extremadamente penosas. Pocos meses después, otro periodista, Paulos Kidane, murió de agotamiento a pocos kilómetros de la frontera con Sudán, cuando intentaba huir del país. No pudo soportar haber sido encarcelado y torturado el año precedente.
En 2007 mataron a menos colaboradores de medios de comunicación (ayudantes, chóferes, traductores, técnicos, agentes de seguridad, etc.) que en el año anterior (20 en 2007 frente a 32 en 2006).
A diferencia de otras organizaciones, Reporteros sin Fronteras solo tiene en cuenta a los profesionales de los medios de comunicación cuya muerte sabe con certeza que está relacionada con su deber de informar. No se cuentan varios casos, bien porque todavía se encuentran en fase de investigación, bien porque no tienen nada que ver con el aspecto de la libertad de prensa (muerte accidental o motivada por razones distintas que la profesión de la víctima).
Dos procesos esenciales en 2008
Alrededor del 90 % de los asesinatos de periodistas permanecen total, o parcialmente impunes. Con frecuencia, los gobiernos de los países en que matan a periodistas apuestan por el tiempo y el olvido para proteger a los asesinos de cualquier sanción. Reporteros sin Fronteras lucha contra esa impunidad continuando movilizándose, año tras año, por casos que pertenecen al pasado.
En 2007 la organización denunció, nueve años después de los hechos, el escandaloso comportamiento de las autoridades de Burkina Faso, que sentenciaron el sobreseimiento de la investigación sobre el asesinato del periodista Norbert Zongo, a pesar de que existían abrumadoras pruebas contra algunos elementos de la guardia presidencial. También condenó con firmeza los bloqueos de la investigación sobre el asesinato de su corresponsal Deyda Hydara en Gambia, ocurrido en diciembre de 2004. También en este caso, la hipótesis más seria conduce a los pasillos del palacio presidencial.
Reporteros sin Fronteras ha pedido también que se amplíe el mandato del futuro Tribunal Internacional para Líbano a todos los asesinatos cometidos en el país desde 2004, entre ellos los de los periodistas Gebrane Tuéni y Samir Kassir, a quienes mataron en 2005.
La reacción de Reporteros sin Fronteras:
‘La lucha contra la impunidad de los asesinos de periodistas es primordial. En 2008 se van celebrar dos juicios que son esenciales. El de los asesinos de Hrant Dink, en Turquía, y el de los asesinos de Anna Politkovskaya, en Rusia. Ambos crímenes, cometidos en el umbral de Europa, deben resolverse de forma ejemplar. Hay que castiga severamente tanto a los autores materiales como a los autores intelectuales. De la resolución de ambos casos depende, en parte, el futuro de los periodistas, no solo turcos y rusos, sino también de todos cuantos llevan a cabo investigaciones sensibles en países peligrosos’.
A Hrant Dink, director de la revista turco-armenia Agos, le mataron el 19 de enero de 2007 en una calle de Estambul. Objetivo, presumiblemente, de militantes ultranacionalistas turcos, el juicio de sus presuntos asesinos, que debería reanudarse el 11 de febrero de 2008, tendrá que establecer todas las responsabilidades del caso y aclarar las eventuales complicidades que se dieron en el interior de las fuerzas del orden.
El juicio de los asesinos de Anna Politkovskaya se espera con impaciencia. En pleno año electoral -las elecciones presidenciales están previstas para el 2 de marzo-, Rusia tiene que poner fin a la larga serie de asesinatos de periodistas que han quedado impunes. Desde la elección de Vladimir Putin a la presidencia, en marzo de 2000, han matado a dieciocho periodistas. Anna Politkovskaya es la última en el tiempo. Tan solo uno de esos asesinatos se ha aclarado, y sus responsables han comparecido ante la justicia.
Más de dos periodistas detenidos diariamente en 2007
A fecha 1 de enero de 2008, en el mundo hay 135 periodistas encarcelados. Una cifra que casi no varía desde hace algunos años. Los periodistas liberados se reemplazan inmediatamente por nuevos detenidos. 887 periodistas se vieron privados de libertad a lo largo del año 2007. Ha sido en Pakistán donde Reporteros sin Fronteras ha contabilizado el mayor número de detenciones de periodistas : 195. Le siguen Cuba, con 55 detenciones, e Irán con 54.
La reacción de Reporteros sin Fronteras:
‘Una treintena de gobiernos de todo el mundo continúan arrojando a la cárcel a los periodistas que les molestan. Para esos dirigentes de otros tiempos, encarcelar sigue siendo la única respuesta a las críticas formuladas por los hombres y las mujeres de la prensa. Pedimos la libertad inmediata de los 135 periodistas encarcelados en el mundo’.
‘A la amenaza de la cárcel, ahora hay que sumar la del secuestro. El número de periodistas rehenes aumentó en 2007. En Irán y Afganistán, el secuestro se ha convertido en una práctica corriente y los secuestradores han ejecutado a varios periodistas. Los gobiernos tienen que luchar contra el fenómeno, llevando a los responsables de los secuestros ante la justicia’.
China (33 periodistas encarcelados) y Cuba (24) son, desde hace cuatro años, las dos mayores cárceles del mundo para los profesionales de la prensa. Los gobiernos de Pekín y La Habana ponen en libertad a los periodistas con cuentagotas, una vez cumplida la condena. E, inmediatamente, otros les reemplazan.
En Azerbaiyán detuvieron a siete periodistas más en 2007, elevando a ocho el número total de detenidos. Una situación, nueva en el país, que es el reflejo de una auténtica degradación de la situación de la libertad de prensa, y un endurecimiento de las autoridades con los periodistas más críticos.
A los 135 periodistas encarcelados hay que añadir 65 ciberdisidentes detenidos por expresarse en la Red. China conserva su liderazgo en esta carrera de la represión, con 50 ciberdisidentes entre rejas. En Vietnam hay otros ocho en la cárcel. En Egipto, el joven internauta Kareem Amer ha sido condenado a cuatro años de reclusión, por criticar en su blog al Jefe del Estado, y denunciar el dominio islamista en las universidades del país.
Encarcelarle no es el único medio de privar a un periodista de su libertad. En 2007 fueron secuestrados al menos 67 profesionales de los medios, en quince países. La zona más arriesgada sigue siendo Irak, donde desde el comienzo del año 2007 han secuestrado a 25 periodistas. Los secuestradores ejecutaron a diez rehenes. En Afganistán los secuestradores mataron a los dos colaboradores del periodista italiano Daniele Mastrogiacomo, secuestrados en marzo de 2007. En Pakistán secuestraron a cinco periodistas, a algunos las propias fuerzas de seguridad, y posteriormente quedaron en libertad sanos y salvos.
Al menos 14 periodistas se encuentran actualmente retenidos como rehenes, todos en Irak.
Más de 2.600 sitios y blogs censurados
Algunos gobiernos como China, Birmania o Siria, intentan hacer de la Web una Intranet; una red limitada a intercambios en el interior del país, entre personas debidamente autorizadas. En 2007, en todo el mundo, cerraron o suspendieron al menos 2.676 sitios de Internet. La mayoría eran foros de discusión.
La censura más fuerte se produjo durante el 17 Congreso del Partido Comunista Chino. En pocas semanas prohibieron unos 2.500 sitios, blogs y foros. También Siria se hizo ilustre bloqueando, al acabar el año 2007, más de un centenar de sitios y servicios de Internet. Son inaccesibles la red social Facebook, el servicio e-mail de Hotmail y el programa de telefonía Skype. El gobierno de Damasco acusa a los tres e estar infiltrados por los servicios secretos israelíes.
En octubre de 2007, durante las manifestaciones de los monjes birmanos, la Junta Militar de Rangún intentó acabar con el flujo informativo que salía del país vía Internet, cortando pura y simplemente el acceso a la Red. De los sitios críticos al régimen la censura se extendió a todos los medios de comunicación : cámaras, aparatos de fotos, teléfonos móviles, etc.
La reacción de Reporteros sin Fronteras:
‘Ahora, en algunos países Internet se censura tanto como la prensa tradicional. China es el mayor censor de la Web del planeta. La ciberpolicía da muestras de un celo inquietante antes de cada evento político de envergadura. En 2007 los censores se mostraron más activos en el trascurso de los meses que precedieron el inicio del Congreso del Partido Comunista Chino. Hicieron inaccesibles alrededor de 2.500 sitios y blogs, gran número de los cuales eran de naturaleza política.
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