Tuesday, 26 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1315

Depois de um ano, assassinato de jornalistas continua impune

A un año de la muerte de la periodista Verónica Peñasco Layme y de su hermano y colega Víctor Hugo, la investigación del crimen experimenta demoras preocupantes. Este doble asesinato, ocurrido el 25 de febrero de 2012 en El Alto y atribuido a las temibles bandas de “cogoteros” (pandilleros que estrangulan a sus víctimas) que causan estragos en La Paz y sus alrededores, había suscitado gran emoción entre la población (http://es.rsf.org/bolivia-consternacion-en-el-gremio-tras-el-28-02-2012,41950.html). El gobierno implementó entonces diversas medidas para la protección de periodistas, las cuales fueron apoyadas por Reporteros sin Fronteras (http://es.rsf.org/bolivia-conflictos-mineros-y-protestas-19-06-2012,42815.html).

“La movilización gubernamental y judicial generada tras esta tragedia produjo en un primer momento resultados prometedores. Se arrestó a una decena de sospechosos, de los cuales seis aún se encuentran detenidos. La importancia de esta movilización debería haber permitido juzgar rápidamente a los culpables y definir cuál había sido el móvil del crimen, el cual, no obstante, todavía se desconoce. ¿Cómo entender este retraso? Una vez más hacemos un llamado a las autoridades competentes para que resuelvan este caso en un plazo razonable”, declaró Reporteros sin Fronteras.

Según el expediente de la investigación fiscal al que tuvo acceso Reporteros sin Fronteras, un séptimo sospechoso, Napoleón Vargas Pillco – quien fue señalado junto con Centurión Claudio Merma Condori como autor material del crimen –, se encuentra prófugo. Otro hecho por el que no se logra avanzar en la investigación: el fiscal que dirigía la investigación, Santos Valencia López, fue reemplazado tras diversas quejas de los abogados del Servicio Estatal de Atención y Protección Integral a las Víctimas (Sedavi), quienes defienden a la familia Peñasco Layme en este caso.

Verónica y Víctor Hugo Peñasco Layme eran migrantes del Altiplano; ambos eran de origen aymara, uno de los dos principales grupos indígenas del país. Los dos periodistas difundían todos los programas en su lengua original. La hermana mayor era Jefa de Prensa de Radio San Gabriel, así como conductora del programa “Markasan Arupa” (la voz de nuestro pueblo), del canal público Canal 7-Televisión Boliviana. El hermano menor era locutor de otra estación educativa indígena, Radio Pachaqamasa.

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