Sunday, 22 de December de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1319

A nova guerra de Chávez e a mídia

La morgue central de Caracas amaneció el viernes acordonada, como la escena de un crimen. La policía científica redobló la vigilancia del lugar. El motivo: impedir la llegada de una manifestación de reporteros, que con una delegación del Colegio Nacional de Periodistas al frente, acudiría a exigir el acceso a los datos y fuentes oficiales que les han sido vedados desde 2003 en la cobertura de sucesos.

La morgue central de Caracas amaneció el viernes acordonada, como la escena de un crimen. La policía científica redobló la vigilancia del lugar. El motivo: impedir la llegada de una manifestación de reporteros, que con una delegación del Colegio Nacional de Periodistas al frente, acudiría a exigir el acceso a los datos y fuentes oficiales que les han sido vedados desde 2003 en la cobertura de sucesos.

Para el Gobierno de Venezuela, la publicación de noticias sobre criminalidad constituye un problema de seguridad y salud pública tanto o más grave que la violencia callejera, que se ha cobrado la vida de más de 19.000 personas en 2009 y mantiene repleta la morgue de la capital. Esa ha sido razón suficiente para que, ahora, en plena campaña para las elecciones parlamentarias de septiembre próximo, los medios de comunicación vuelvan a estar en la mira de la revolución bolivariana.

El pasado martes, un tribunal de menores prohibió al diario El Nacional de Caracas publicar noticias de violencia que pudiesen ‘alterar el bienestar psicológico de niños, niñas y adolescentes’. Se refería el juez a ‘imágenes, informaciones y publicidad de cualquier tipo, con contenido de sangre, armas, mensajes de terror, agresión física, que utilicen contenidos de guerra y mensajes sobre muertes y decesos’.

La medida se hizo parcialmente extensiva al resto de los medios impresos, que durante un mes deberán ‘abstenerse’ de publicar imágenes con las mismas características. Al siguiente día, las páginas de sucesos de El Nacional y las fotografías de portada se publicaron en blanco, con un aviso en letras rojas: ‘Censurado’.

Antes de la prohibición judicial, la Fiscalía General de Venezuela había abierto una investigación penal contra El Nacional por desplegar, en su primera página del 13 de agosto, una fotografía del interior de la morgue central de Caracas. La imagen fue captada en diciembre de 2009, según se leía en el pie de foto, y mostraba a más de una decena de cadáveres desnudos y ensangrentados, unos tirados en el piso y otros apretujados, de dos en dos, sobre camillas metálicas. En páginas internas, un reportaje denunciaba que más de 5.000 venezolanos habían sido asesinados en lo que va de 2010.

‘Entonces el problema es la foto. El problema no es el de los 16.000 homicidios anuales, 95% de los cuales permanecen impunes’, escribió en su editorial del lunes 16 de agosto Teodoro Petkoff, director del diario TalCual, que, en solidaridad con El Nacional, publicó en portada la polémica imagen de la morgue. Fue así como la Defensoría del Pueblo ordenó otra investigación penal contra TalCual, uno de los medios más críticos de la gestión de Gobierno. Ya en 2007, un tribunal de menores sancionó a este diario con una multa de 18.600 dólares (14.600 euros) por publicar un editorial humorístico que ‘violó el honor, la reputación y la vida privada’ de la hija menor del presidente Hugo Chávez.

Según las cifras extraoficiales que manejaban los medios y las ONG hasta ahora, la tasa de muertes violentas en Venezuela era de 70 por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo. Pero la realidad ha resultado ser peor: un informe oficial del Instituto Nacional de Estadísticas, que se filtró a la prensa este viernes, revela que en el país ocurren anualmente 75 homicidios por cada 100.000 habitantes y que solo en 2009 fueron asesinadas 19.133 personas. Tres veces más que la media latinoamericana (25 homicidios por 100.000 habitantes), el doble que Colombia, sumida en un conflicto armado, y más de nueve veces que México, en plena guerra contra el narcotráfico. Este estudio, realizado entre agosto y noviembre de 2009, es el único informe oficial sobre inseguridad que se ha conocido en Venezuela en los últimos siete años, pues desde 2003 el Gobierno se abstiene de dar cifras de delitos.

Cada venezolano tiene una historia que contar sobre la delincuencia: un robo a mano armada, un asesinato, un secuestro express. Las encuestas también reflejan que más del 80% de la población considera que la inseguridad ciudadana es el mayor problema que afronta el país. De ahí que la criminalidad se haya convertido en un tema central de la campaña para las elecciones legislativas del próximo 26 de septiembre.

El Gobierno ha reconocido los fallos en seguridad, pero cree que los medios exageran con el único propósito de atacar a la revolución. Para Hugo Chávez, las últimas informaciones que se han publicado sobre este asunto buscan ‘sabotear’ los comicios y favorecer a la oposición. ‘Andan desesperados y por eso generan la reacción del pueblo, que ya se ha acostumbrado a dar sus batallas ante la grosería, ante el atropello, ante la manipulación, ante la pornografía en canales internacionales (…), en pantallas de televisoras venezolanas’, ha dicho Chávez, en referencia al conflicto con los medios.

Ante las protestas que ha generado la censura impuesta a los diarios, el mismo tribunal que lleva los casos de El Nacional y TalCual ha decidido ‘flexibilizar’ las medidas iniciales para permitir que El Nacional pueda publicar informaciones escritas sobre sucesos. En el caso de estos dos diarios, la censura sobre las imágenes sigue vigente hasta que terminen los juicios en su contra; para el resto de los medios impresos, la prohibición continúa hasta el 17 de septiembre.

‘Ese mes coincide con la campaña electoral. De modo que la intención es la de censurar las noticias atinentes al peor problema que padece el país, según la opinión de los venezolanos, el de la inseguridad’, ha escrito Petkoff en su editorial del 19 de agosto. Para el editor, el chavismo aspira a convertir a Venezuela ‘en un país de avestruces’: ‘que metamos la cabeza en la arena para no enterarnos de lo que ocurre a nuestro alrededor’.

La carcajada que desató la indignación

Fue una carcajada lo que hizo estallar la nueva batalla entre el Gobierno y los medios de comunicación de Venezuela, esta vez por el tema de la criminalidad. El presidente del canal público Telesur y ex ministro de Comunicación e Información de Hugo Chávez, Andrés Izarra, no pudo contener la risa al participar, vía satélite, en un debate sobre la inseguridad venezolana que transmitió la cadena CNN en español y en el que también participaron dos especialistas críticos de la gestión gubernamental.

En el lado derecho de la pantalla, el director del Observatorio Venezolano de la Violencia, Roberto Briceño León, hablaba de la investigación que le hizo concluir que ‘Caracas es la ciudad más violenta del mundo’. Mientras Briceño desgranaba las cifras pavorosas de la criminalidad que azota al país, Andrés Izarra se retorcía de la risa y daba palmadas en el margen izquierdo.

Al conductor del programa, Carlos Montero, no le quedó más remedio que preguntar: ‘Andrés, perdóname, no entiendo por qué te causaba gracia lo que estaba diciendo el señor Briceño León’. Izarra le contestó: ‘Discúlpame, Carlos, pero me causa mucha gracia. Primero, a la pornografía periodística se le suma la falta de seriedad, la irresponsabilidad y la ridiculez. ¿Esos números de dónde son? ¿De una encuesta que hizo quién? (…) ¿Esa es la opinión que tú le presentas a tu audiencia? Por eso yo vuelvo a hablar de la decadencia de tu cadena. En lo que han caído y a lo que ha tenido que acudir (…) Por favor, señores, es que lo que da es risa. Yo me muero de la risa de eso’. Un poco menos hilarante, el presidente de Telesur afirmó que el Gobierno de Venezuela está haciendo un gran esfuerzo a nivel social para desmontar la ‘cultura capitalista’ primero y luego reducir la criminalidad.

La risa de Izarra corrió como la pólvora en Venezuela y causó indignación entre quienes consideran que el Gobierno de Hugo Chávez ha sido negligente en la lucha contra el crimen.

La portada de El Nacional, que mostraba una morgue repleta de cadáveres en su edición del 13 de agosto, fue la respuesta a esa risa. Según dijo el director del diario, Miguel Henrique Otero, la imagen buscaba ‘hacer reaccionar’ al Gobierno frente a la ‘terrible delincuencia’ que azota al país.

Mordaza a la prensa

Mayo de 2007. El Gobierno no renueva la licencia al canal RCTV, que sólo podrá transmitir por suscripción.

– Julio de 2009. La Fiscalía venezolana presenta una propuesta de ley que tipifica como delitos las informaciones que atenten contra ‘la paz social, la seguridad y la independencia de la nación, la seguridad de las instituciones del Estado y la moral pública de los venezolanos’. La ley fija hasta cuatro años de cárcel para periodistas, dueños de empresas de comunicación y artistas que infrinjan la norma.

Agosto de 2009. Caracas silencia 34 emisoras de radio.

Enero de 2010. El Gobierno corta la señal de Radio Caracas Televisión Internacional. Otros cinco canales dejan de emitir.

Marzo de 2010. Chávez declara que ‘Internet no puede ser libre’. Considera que hay páginas web que están ‘envenenando la mente de mucha gente’.

Julio de 2010. Guillermo Zuloaga, el director del canal Globovisión, el más crítico con Hugo Chávez, se refugia en EE UU después de que la Fiscalía de Venezuela ordenara su detención por un delito de ‘usura genérica’.