El portal Wikileaks ha publicado una serie de casi 400 000 documentos del ejército estadounidense, clasificados como ‘confidenciales’, sobre la guerra en Irak. Estos documentos revelan, en particular, la amplitud de las exacciones cometidas contra las poblaciones civiles por parte de las fuerzas de la coalición y sus aliados iraquíes desde 2003. Las presiones de las autoridades estadounidenses e iraquíes para impedir su publicación son a la vez absurdas y contrarias a los principios de acceso a la información pública.
‘Ya no es momento ni de amenazas ni de invectivas. La información en cuestión se hizo pública y otras publicaciones se preparan. Los documentos transmitidos por Wikileaks confirman lo que las opiniones públicas estadounidenses e internacionales ya saben en gran parte. Los responsables políticos y militares concernidos deberán rendir cuentas de sus actos algún día. En nombre de los derechos humanos y del respeto por el derecho a informar, los gobiernos estadounidense e iraquí deberían cumplir el principio de transparencia’, declara Reporteros sin Fronteras.
‘Gracias a Wikileaks, graves violaciones de los derechos humanos fueron reveladas, como los casos de tortura y malos tratos con los detenidos. Felicitamos a los medios de comunicación que trataron tal información sin dejarse intimidar por la habitual retórica del Pentágono que les pedía no publicar información que consideraban perjudicial para la seguridad nacional’, añade la organización.
Algunos días antes de la publicación de los documentos por Wikileaks, el Pentágono pidió a los medios de comunicación que no ‘facilitasen la filtración’ de documentos clasificados relativos a la guerra de Irak. Según el Coronel David Laplan, portavoz del ejército estadounidense: ‘Se debe avisar a los medios de comunicación, pues no deberían colaborar en la filtración de documentos clasificados que la organización poco recomendable Wikileaks piensa poner en línea dentro de poco’. Tal como declara el oficial, los medios de comunicación ‘ofrecen un barniz de legitimidad a Wikileaks’ al transmitir la información contenida en la página web. Reporteros sin Fronteras recuerda que críticas similares fueron formuladas hace unos años contra dos importantes diarios estadounidenses. El Washington Post reveló entonces la existencia de prisiones secretas de la CIA en Europa y el New York Times avisó en 2005, es decir tres años después de su inicio, del programa de escuchas ilegales de millones de ciudadanos americanos y extranjeros emprendido por la administración Bush. Los dos medios de comunicación fueron acusados de tener ‘las manos manchadas de sangre’.
Situação incerta
Reporteros sin Fronteras aclama la colaboración entre Wikileaks y varios medios internacionales, lo que lleva a la revelación de información de interés general para los ciudadanos americanos e iraquíes así como para la comunidad internacional. He aquí un buen ejemplo de sinergia entre la ‘prensa tradicional’ y los ‘nuevos medios de comunicación’, que permite descifrar mejor esta cantidad inédita de documentos. Reporteros sin Fronteras se alegra de que los nombres de los civiles se hayan retirado de dichos documentos.
Las autoridades estadounidenses e iraquíes deben ahora revisar sus prácticas de acceso a la información pública. ‘Exigimos que se aplique a la letra el decreto del ministro de Justicia, Eric Holder, emitido en 2009, en relación con el Freedom of Information Act y que convierte en excepcional la retención de información. La administración estadounidense también debería tener en cuenta tal texto para llevar a cabo una verdadera investigación sobre las destrucciones de vídeos y pruebas de cargo por la propia CIA, y así informar a los ciudadanos sobre el estado actual del programa de escuchas de la Agencia Nacional de Seguridad (National Security Agency – NSA), puesto en marcha en 2002′, prosigue Reporteros sin Fronteras. A esto añade: ‘Rogamos a las autoridades iraquíes que vean el trabajo de Wikileaks como una manera de garantizar un mejor acceso a la información y construir una democracia iraquí respetuosa con los derechos más fundamentales.’
A Reporteros sin Fronteras le preocupa mucho las presiones vividas por los colaboradores del portal web y denuncia cualquier bloqueo o intento de censura contra Wikileaks. El 6 de junio de 2010, el soldado estadounidense Bradley Manning, enviado a la base de Bagdad, fue arrestado tras ser acusado de ‘traición’ por el ejército estadounidense. Se sospecha que el soldado pasó los documentos confidenciales a Wikileaks, entre los que se encuentra un vídeo en el que se ve un ataque aéreo de la US Air Force en el que murieron dos empleados de la agencia Reuters, en julio de 2007 en Bagdad. ‘Nos preocupa particularmente lo que le pueda ocurrir a Bradley Manning. Ninguna investigación digna de este nombre se llevó a cabo acerca de la tragedia de Bagdad. El soldado Manning resulta ser cabeza de turco. Su situación, actualmente, es injusta e incierta. Revelar un crimen de guerra no constituye un crimen en sí’, concluye la organización.
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