Sunday, 24 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1315

Carles Esteban

‘El debate territorial en España sigue centrando la vida política y mediática y cada vez aparecen en sus difusos límites frentes más inesperados, que vienen a confirmar que se trata de un tema espinoso, complejo, poliédrico – como se dice ahora- y cargado con unas dosis de emotividad que demasiadas veces no permiten una reflexión desapasionada sobre el fondo del asunto. Parafraseando a un excelente profesional de la meteorología, ‘la predicción del tiempo no tiene ideología, es un servicio que se presta al público, muy demandado por telespectadores, radioyentes y lectores de periódicos, y los profesionales que nos dedicamos procuramos hacerlo lo mejor que sabemos’. Pero algo aparentemente tan sencillo también es susceptible de generar controversia cuando confluyen vectores cargados con munición ideológica, como en el tema que hoy nos ocupa.

El pasado día 13 de noviembre, en su habitual crónica dominical bajo el epígrafe Cuaderno de Madrid, el subdirector de La Vanguardia Enric Juliana escribía un artículo titulado ‘Españoles todos, escribe Pujol viéndolas venir’. En él se hacía eco de un texto publicado por el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol en el diario ABC y señalaba que el veterano y respetado político catalán ‘invita a replantear el tema de Catalunya en España desde la óptica de los deberes’. Enric Juliana añadía que ‘Pujol, inteligencia de primer orden, bascula constantemente. Un día escribe a su partido que Catalunya debe ser casi como Eslovenia, pero cuando ve que el hilo se puede romper – y ahora puede romperse mal-, acentúa el sentir mayoritario en Catalunya: Los catalanes también somos españoles’.

Juliana finalizaba el artículo con el siguiente interrogante: ‘¿Por qué no empezamos por el absurdo mapa del tiempo de TV3? Españoles todos, así en el anticiclón como en la espesa borrasca’. El texto se ilustraba con uno de los habituales mapas del tiempo que el excelente equipo del servicio meteorológico de la cadena catalana ofrece al término de todos sus informativos, en el que se apreciaba la previsión climatológica del día siguiente en los territorios de habla catalana en sus diferentes variantes, es decir, Catalunya, Comunidad Valenciana e Islas Baleares.

Dos lectores se han dirigido al Defensor del Lector en relación con este artículo. David Gimeno i Ayuso espera que el autor del artículo tenga a bien explicarle ‘en qué territorios del Estado español un buen número de ciudadanos particulares ha pagado de su bolsillo una red de repetidores para poder ver los canales de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió’. ‘¿Verdad que curiosamente corresponden a lo que yo llamo Països Catalans? – continúa-. Pues entonces, por deferencia y respeto a esos ciudadanos, encuentro muy bien que TV3 siga incluyéndolos en un mapa especial, ni el de Catalunya, ni el de España, ni el de Europa’.

Otro lector, Josep Grau Mateu, también escribe a propósito de este asunto y manifiesta su disconformidad ‘con los ataques de Enric Juliana al mapa del tiempo de TV3’: ‘Él califica el mapa de absurdo y pide que se suprima. Creo que el señor Juliana debería ser más respetuoso con las ideas en las que no cree. También debería justificar sus descalificaciones… A mí me parece que dicho mapa no es absurdo, sino que tiene un sentido muy claro: representa una idea y una realidad – los Països Catalans- en la cual creemos mucha gente del Principat, y también muchos valencianos, baleares y reselloneses, muchos más de lo que normalmente se dice y se enseña en los medios de comunicación’.

ENTELEQUIA. El subdirector Enric Juliana responde así a los lectores críticos con su artículo: ‘Personalmente, creo plenamente acertado que TV3 preste atención a la comunidad lingüística que conforman los territorios de habla catalana, aunque en Valencia la unidad lingüística no sea plenamente aceptada por el partido más votado por los ciudadanos de aquella comunidad. Pero una cosa es la lengua y otra la meteorología. Aunque las nubes siempre han inspirado la fantasía de los hombres, la evolución de borrascas y anticiclones diría que muy poco tiene que ver con esa entelequia llamada Països Catalans, que no ha existido nunca como unidad política nacional (la Corona de Aragón era lo que hoy llamaríamos una confederación de reinos). Es una idea nacida al calor de las excitaciones ideológicas de los años setenta que el catalanismo inteligente ha sido incapaz de desactivar. El actual mapa del tiempo de TV3 es – a mi juicio- un manifiesto ideológico impropio de una televisión pública que debe prestar servicio a ciudadanos de diferentes tendencias políticas; a ciudadanos que también tienen derecho a saber qué tiempo hará mañana en Madrid, Sevilla o Santiago de Compostela. En mi artículo del 13 de noviembre contrastaba la inteligencia política de Jordi Pujol al señalar que Catalunya también tiene deberes con España, con el artificioso significado del citado mapa. Y me reitero en ello: los Països Catalans son una entelequia política, una fantasía, un autoengaño contrario a los intereses reales de la sociedad catalana. El paso del tiempo lo está demostrando y lo demostrará más aún’.

SIDA Y PROTESTANTES. En La Vanguardia del martes 22 de noviembre, la sección de Sociedad abría sus páginas con una amplia información sobre el informe que sobre el sida realiza periódicamente la agencia internacional Onusida. La presentación del informe corrió a cargo del director general de Iniciativas Globales de Onusida, Luiz Loures, y de la ministra de Sanidad, Elena Salgado. En un recuadro complementario de la información, redactado a partir de un despacho de la agencia Efe, se atribuían a la ministra Salgado unas palabras sobre los problemas que la difusión del preservativo ha encontrado en algunos países como elemento protector frente a la infección debido a presiones religiosas, y respecto a la América Latina el texto publicado decía: ‘En este continente, señaló además la ministra, las posiciones conservadoras no son sólo de la Iglesia católica sino de otras confesiones, como la protestante’.

A raíz de esta información, la suscriptora Natalia Reverdin, residente en Rubí, se dirige al Defensor del Lector y pide que se aclare de dónde proceden los datos, ‘porque me consta que desde el Consejo Mundial de las Iglesias de Ginebra, que incluye a las Federaciones Luteranas, Reformadas, Metodistas y Anglicanas – todas ellas de tradición protestante-, y las Iglesias ortodoxas de todo el mundo, hay programas de colaboración en la prevención del sida con muchos estados que incluyen de manera evidente el uso del preservativo, ya que la moral protestante no impide los métodos anticonceptivos, y en su trabajo por la vida quieren evitar el contagio y también luchar por el acceso a los medicamentos, y sobre todo por la no discriminación de los afectados’.

La lectora finaliza su misiva con el siguiente mensaje: ‘Una vez más se da una imagen negativa del protestantismo, cuando de hecho aunque algunas Iglesias fundamentalistas teledirigidas por predicadores y moralistas neocons critican el uso del preservativo, no es el caso de la gran mayoría del protestantismo, que mantiene una posición más abierta sobre muchos temas de moral cristiana’.

Consultado el gabinete de prensa del Ministerio de Sanidad, se aclaró el entuerto. Según la cinta en que quedó registrada la intervención de la ministra, Elena Salgado dijo textualmente que los problemas sobre el uso del preservativo en América Latina se producían ‘por la posición tan conservadora que allí tienen no sólo la Iglesia católica, sino determinadas confesiones de las Iglesias protestantes’. No habló por tanto de los protestantes en su conjunto, sino más bien de las Iglesias fundamentalistas a las que alude la lectora, según el gabinete de prensa del ministerio. El texto que se publicó, que no recogía el matiz (la ministra no habló de todos los protestantes sino de algunas Iglesias), provocó la confusión que, creo, queda aclarada.’