Reporteros sin Fronteras está profundamente indignada por el asesinato de Oscar Alberto Polanco Herrera, del canal de televisión CNC Noticias de Cartago (Oeste), y por el secuestro de que ha sido víctima Inés Peña, reportera por el canal regional Enlace 10 en Barrancabermeja (Norte).
‘No se producirían de nuevo estos actos odiosos si los agresores no estuvieran seguros de disfrutar de total impunidad. Degraciadamente, la lucha contra la impunidad no parece ser una prioridad del gobierno. Las investigaciones sobre los asesinatos y agresiones de periodistas deberían ser objeto de una atención particular. Mientras no se protege ni se respete el derecho de la sociedad a estar informada, Colombia no tendrá paz’, ha declarado Reporteros sin Fronteras, en una carta dirigida al Ministro del Interior y Justicia, Sabas Pretelt de la Vega.
La organización ha apelado al gobierno a hacer todo lo necesario para que sean identificados y juzgados rápidamente los culpables de ambos ataques. También ha pedido a las autoridades que garanticen la seguridad de Inés Peña quien, a pesar de las amenazas, ha decidido continuar con su actividad profesional.
Según Reporteros sin Fronteras, Colombia es uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas. En 2003 mataron a cinco periodistas, secuestraron a cerca de sesenta y más de una veintena se vieron obligados a abandonar su región o su país.
Le 4 de febrero de 2004, dos asesinos a sueldo que circulaban en una moto mataron, de tres disparos en la cabeza, a Oscar Alberto Polanco Herrera, cuando salía de los estudios de CNC Noticias, un canal local, en Cartago (a 300 km al oeste de Bogotá). El periodista producía y presentaba el único informativo televisado de la ciudad. Desde hacía un mes había introducido una nueva sección diaria, titulada ‘Notas de dirección’, en la que denunciaba las irregularidades en la gestión de instituciones o empresas locales, interpelando a los responsables en antena. Por ejemplo, el periodista cuestionó al alcalde de la ciudad, objeto de una investigación por sus presuntas relaciones con un narcotraficante.
Según varios de sus colegas, el tono directo que había decidido emplear en esa sección podría ser la causa de su asesinato. Sin embargo, la mayoría han declarado ignorar si al periodista le habían amenazado. Desde hace varios meses Cartago es un lugar de violentos enfrentamientos entre diferentes grupos mafiosos, por el control del tráfico de droga, de los que se sospecha que podrían haberse aliado con los grupos paramilitares presentes en la región.
Ocho días antes, el 28 de enero, fue secuestrada y torturada, Inés Peña, presentadora de la sección ‘Cultura por la vida’ en el programa informativo La Mohana, emitido por el canal regional Enlace 10 en Barrancabermeja (400 km al norte de Bogotá). Aquel día, según el comunicado de prensa difundido por la Organización Femenina Popular (OFP), de la que la periodista es una de las responsables, dos paramilitares pertencientes a las Autodefensas Unidas de Colombiadont (AUC) la obligaron a subir a la fuerza a un vehículo, a bordo del cual la torturaron después. Antes de dejarla en libertad, sus agresores le ordenaron que dejara de presentar el espacio, en el programa televisado producido por la OFP.
Inés Peña denunció entre otras cosas la llegada de los paramilitares a la región, y las violaciones de los derechos humanos por diferentes grupos armados. Ya le habían amenazado anteriormente. Según las declaracioes de Martha Arias, de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), Inés Peña asume a la vez las funciones de presentadora, reportera y miembro del comité de redacción del programa. La joven también es integrante de la Red Juvenil de Derechos Humanos de la Defensoria Regional del Pueblo.