A VOZ DOS OUVIDORES
LA VANGUARDIA
"Gabriel Celaya (1911-91) en ?Cantos iberos? (Verbo, Alicante, 1955) puso esos versos en el poema al que dio el título programático ?La poesía es un arma cargada de futuro?: ?Poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto?.
Los lectores que participan en el concurso e-poemas que ?La Vanguardia? acoge en las páginas de ?Vivir? comparten esta confianza en la fuerza interior que alienta en esas palabras del ingeniero y poeta vasco.
La poesía tenía carta de naturaleza en los diarios de los inicios de la prensa moderna. Es significativo que la ?Oda a la pàtria? de Bonaventura Carles Aribau, poema insertado el 24 de agosto de 1833 en el diario ?El Vapor?, de Barcelona, fuera el texto de prensa que actuara como primer revulsivo de la Renaixença catalana. El poema, sin ser propiamente un género periodístico, no ha sido nunca del todo ajeno a una prensa que atiende a la actualidad pero también a los sentimientos y emociones de lectores y lectoras.
La actual iniciativa de ?La Vanguardia? ha contribuido a revelar aficiones literarias ocultas, latentes, en muchos lectores del diario. Uno de ellos me ha comentado que gracias a este concurso ha descubierto que un conocido suyo era de la ?poesía secreta?.
Otro lector, que me pide reservar su identidad tras el seudónimo Javier Lagar Marín, formula dos preguntas sobre ese concurso: ?La celebración poética de la primavera (les felicito efusivamente por ella) parte de la base de que todos los lectores y suscriptores poseen ordenador. Y eso es falso aún… ?No es una discriminación esa convocatoria??. Segunda observación: ??Por qué limitar esa celebración poética a versos de 2 a 8, dejando al inmortal soneto con sus catorce versos fuera? Esa diferencia de 8 a 14 la considero ?rara? y discriminatoria ?No le parece??.
He trasladado estas críticas al subdirector Enric Juliana. Contesta lo siguiente: ?En primer lugar, gracias por la felicitación, ya que el concurso de e-poemas puede que haya sorprendido a algunos de nuestros lectores, puesto que no existen muchos precedentes en la prensa española y catalana. Creemos que es una modesta contribución a la innovación de contenidos que desde hace meses está efectuando ?La Vanguardia?, y que tiende a subrayar una cierta idea de fondo: el diario considerado como una realidad abierta que hay que repensar cada día , sin caer prisioneros del ?novismo? (el cambio por el cambio), pero huyendo del conformismo?.
Añade el subdirector Juliana: ?Con el concurso hemos querido conectar de una manera explícita con un fenómeno emergente: el creciente interés por la poesía. Hace años que se viene observando. Quizás es un reflejo del paulatino incremento del nivel cultural de la población. Quizá forma parte de los anticuerpos que genera la sociedad para defenderse de un modo de vida que tiende a convertir al ciudadano en mero consumidor y espectador… Lo cierto es que cada vez hay más gente enrolada en la ?poesía secreta?. Y la sección Vivir ha sido potenciada para reflejar mejor el punto de vista de los ciudadanos, sus vivencias, las nuevas tendencias…?.
?Al ser la primera vez -sigue Juliana-, optamos por un concurso lo más abierto posible, tanto para los temas como para la métrica. Escogimos también el e-mail como vía de transmisión, por su agilidad y frescura, aunque se aceptan envíos postales. El correo electrónico está hoy al alcance de muchísima gente. La espléndida respuesta de los lectores -en menos de un mes hemos recibido unos 2.500 poemas- nos ha confirmado que el invento estaba en el buen camino… poético. Sin duda, podremos perfeccionar la iniciativa en próximas ediciones.?
Misterios de un soneto
En el transcurso de siete días un mismo poema (el conocido por el primer verso ?No me mueve, mi Dios, para quererte?) pasó de ser atribuido a un autor anónimo en la cabecera de la sección de Religión de ?La Vanguardia? (15 de abril de 2001, pág. 35) a identificarlo como un texto de santa Teresa en el artículo de Andrés Trapiello incluido en el ?Magazine? del domingo siguiente (22 de abril, pág. 12).
Mediante una llamada telefónica, un lector me advierte de esta contradicción. ?En cuál de las dos ocasiones ?La Vanguardia? estaba en lo cierto? Es oportuno aclararlo.
Los expertos y fuentes que he consultado concluyen que lo más correcto es identificar esta pieza como un soneto anónimo del siglo XVI. Así figuraba en la cabecera de aquella primera página de Religión del diario.
Pregunto a Andrés Trapiello por qué lo atribuyó a santa Teresa. Se explica: ?Hace unos meses algunos expertos e historiadores aseguraron que el último retrato que Velázquez pintara, el de la infanta Margarita de Austria, no era de él, sino de un autor anónimo. El pintor Ramón Gaya, autor de un inolvidable ?Velázquez pájaro solitario?, dijo entonces: ?De acuerdo, pero si no es de Velázquez, ?de quién es? ?Qué artista desconocido fue capaz de pintar ese cuadro?? El hermoso soneto que empieza ?No me mueve, mi Dios, para quererte? corrió atribuido a santa Teresa (y aun a algunos otros) durante siglos, y con esa atribución llegó a mi escuela, donde el maestro lo hacía aprender de memoria a los chicos. Filologías recientes parecen descartar la autoría de la santa y dejarlo en el anonimato, que en arte no quiere decir que no sea de nadie, sino que es de muchos. Y bien está así. Como en todo, lo importante, en poesía, decía Machado, nos llega sin firma, pues ni la belleza ni la verdad son de nadie, aunque sea de bien nacidos reconocer a sus depositarios, si se les conoce?.
Las dudas imponen en este caso respetar la anonimia."
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