Monday, 18 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1314

Josep Maria Casasús

LA VANGUARDIA

"Unos lapsus de ?catalanglish? y ?castellán?", copyright La Vanguardia, 14/4/02

"Diversos lectores se han dirigido al defensor recientemente para que entable una guerra sin cuartel -en sentido figurado, por supuesto- contra la proliferación en el diario de términos ingleses no traducidos o mal traducidos.

El lector M. Wanden Bergh envió, por vía electrónica, el pasado 2 de abril, la nota que transcribo: ?Leo en un pie de foto el nombre de cierta ciudad, que el periodista llama ?Tyre? (página 7 de la edición del domingo 31 de marzo). Algo de historia y de geografía no le vendría nada mal, pues esa ciudad hace muchos siglos que en España se conoce con el nombre de Tiro. ?También La Vanguardia nos quiere imponer el inglés??.

No es este el caso. Por el contrario, el propósito de ofrecer equivalencias castellanas de expresiones inglesas puede jugar malas pasadas si se desarrolla esta operación con impericia y con prisas. Al resultado infausto de una de esas operaciones apunta la carta de un lector de Barcelona, José Miguel Guardia, cuyo texto extracto a continuación.

?Hasta ahora conocíamos la existencia del ?spanglish? -dice-, esa mezcla entre español e inglés de uso habitual en la comunidad latina de Estados Unidos. Hoy puede ser la fecha de nacimiento de un nuevo lenguaje híbrido: el ?catalanglish?.? Nos lo explica.

Dice el lector: ?Leo en la edición de 16 de marzo: ?Esta es justo una de las características que hace tan peligrosos a los pit-bulls -literalmente ?pecho de toro?, un perro de presa, con una enorme fuerza en sus mandíbulas- (…)?. Apostilla: ?Es decir, según la información, ?pit? sería ?pecho? y ?bull?, ?toro??. Y añade: ?No hay duda que ?bull? es, literalmente traducido del inglés, ?toro?. ?Pit?, sin embargo, se puede traducir literalmente como ?pecho? únicamente desde el catalán. En inglés, ?pit? es el tipo de hoyo o de fosa en el que tienen lugar las luchas entre animales, como por ejemplo las peleas de perros, tan habituales en épocas pasadas y en las que los ?pit bull terriers? destacaban especialmente por su potencia física?.

Sobre este mismo lapsus, originado en un texto de agencia, el catedrático E. Carratalá, en un carta publicada el pasado día 24 (página 24), decía: ?La mejor traducción que se me ocurre para ?pit bull? es ?toro de pelea??.

La guerra sin cuartel contra las malas traducciones también afecta a otras lenguas. Una carta enviada desde Roma por el lector José Gabriel Larreta y publicada el pasado 25 de marzo alertaba sobre un error de traducción del italiano en unos despachos de agencia, también, que, a propósito del entrenador Fabio Capello, confundían ?capello? (pelo) con ?cappello? (sombrero).

A otra guerra sin cuartel alude la carta electrónica de otro lector. Expone en ella: ??La Vanguardia? de hoy, 31 de marzo, titula en primera plana: ?Guerra sin cuartel contra Arafat?. En castellano, ?sin cuartel? quiere decir ?sin hacer prisioneros?. No es el caso?. Consulto a autoridades de la lengua.

El Diccionario de la Real Academia Española, en la entrada ?guerra?, recoge la expresión ?guerra sin cuartel? y nos remite a ?guerra a muerte?. La define así: ?Aquella en que los contendientes están dispuestos a luchar hasta morir?. Era el caso, lamentablemente. Los catedráticos Fernando Martínez Vallvey (Salamanca), Manuel Casado (Navarra) y Luis Núñez Ladevéze (Madrid) confirman ese uso de la expresión objetada.

Otro lector -en este caso de Madrid- que tampoco identifico porque no le asiste en ello la razón, incurrió el pasado 17 de marzo en el prejuicio de atribuir a un influjo del idioma catalán el mal empleo de los ?que? y los ?de que? después del verbo. El dequeísmo es tan incorrecto en catalán como en castellano. Me remito a la crónica de defensor publicada el 17 de junio de 2001 en la que aportaba a este debate la siguiente cita del académico Fernando Lázaro Carreter respecto al ?de que?: ?Quizá se produjo antes en América, pues al influjo de los oriundos, esparcidos por todas las vías de comunicación españolas, cabe atribuirlo? (Círculo de Lectores, Barcelona, 1997, página 510).

Sí tienen razón, en cambio, las lectoras Maria Escofet Casals, de Barcelona, y Jacinta Micheli Bellera, de Igualada. Ambas escribieron al defensor del lector a propósito de una mala traducción del catalán al castellano aparecida en un reportaje sobre cinco personas que conocieron al arquitecto Antoni Gaudí en su juventud (página 3 de Vivir de La Vanguardia del pasado 24 de febrero).

Se puso la siguiente frase en boca de una de estas personas entrevistadas: ?(Gaudí) contestaba que sus prendas estaban muy mal surgidas y que podían durar más?.

Dice la lectora Jacinta Micheli Bellera: ?A la voz ?surgidas?, participio del verbo surgir, no le encuentro aplicación en esta frase. En todo caso debe querer decir zurcidas. Pero aun suponiendo que se refiera a esta expresión en catalán, tampoco sería correcta, ya que, si coloquialmente usamos ?surgir? el verbo es ?sargir?. Lo mismo me comentó por teléfono otro lector, Josep Cirujeda.

Al dialogar por teléfono sobre este error, el lector Jaume Serra, de Barcelona, me propuso denominar ?castellán?, por equivalencia a ?spanglish?, las distorsiones derivadas del contacto entre castellano y catalán.

La sección de Edición contesta: ?La mayoría de los lectores tiene razón. Lo que sucede es que nuestro trabajo es como el de un portero de fútbol. El lector sólo ve los goles que no conseguimos parar. Hace un par de días, a título de ejemplo, a punto estuvo de publicarse ?la oficina de distrito de Attorney’s?. Quizá quien elaboró la información pensó que mister Attorney tenía una oficina de distrito. Pero si miramos el diccionario veremos que no existe tal señor, sino que se trataba de la oficina del fiscal del distrito.?"