Sunday, 17 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1314

Carles Esteban

‘Desde que Gutenberg inventó la imprenta en el siglo XV, los sistemas de edición de libros y muy posteriormente de periódicos han experimentado un colosal avance. La incorporación de la informática y de la tecnología digital han supuesto una verdadera revolución dentro de la revolución, especialmente en las últimas décadas. Pero el uso de las tecnologías más punteras no es un seguro contra los errores o las imprecisiones, tal como ilustra el caso que hoy nos ocupa. El suscriptor Javier Cabot Durán explica que ha seguido con gran interés las crónicas publicadas entre el 10 de julio y el 1 de septiembre sobre los documentos recientemente desclasificados en Estados Unidos referidos a España, pero añade: ‘En la crónica del día 14 de agosto se hacía referencia repetidas veces a una herida en el brazo izquierdo que el general Franco se produjo como consecuencia de un accidente de caza. En la foto que lo ilustra se aprecia que el brazo lesionado es el derecho. Aunque el hecho es intrascendente, le agradeceré que nos lo aclaren…’

Efectivamente, el accidente que sufrió el general afectó a su mano y muñeca izquierda, como se decía correctamente en el texto de Eduardo Martín de Pozuelo, pero como señala el lector, la foto publicada mostraba que era el brazo derecho el que lucía el vendaje. Rastreando la historia de la fotografía – procedente de una biografía ilustrada del general Franco difundida en diapositivas por el Ministerio de Educación y Ciencia en los años setenta-, el responsable de Documentación de La Vanguardia,Carles Salmurri, ha desentrañado el misterio.

La fotografía se digitalizó a lo largo del 2003, junto con casi medio millón de documentos gráficos, para que todo el archivo estuviera disponible en el sistema informático que utiliza el periódico. Pero antes, o durante el proceso de convertir la diapositiva en una imagen digital, se estropeó el marco de plástico que normalmente llevan las diapositivas, y se sustituyó por otro, con la mala fortuna de que al montar el fotograma se colocó al revés, provocando lo que se conoce como efecto espejo. Ello explica por qué la imagen que se publicó ilustrando el artículo mostrara la herida en el brazo derecho. Sencillamente porque había sido digitalizada al revés. Un error que ya ha sido subsanado y que esperemos que no haya afectado a más documentos gráficos.

EXPRESIONES INCORRECTAS. Dos lectores se han dirigido al Defensor del Lector para expresar su disgusto por el uso de una expresión relativamente común en el lenguaje político y periodístico: diálogo de sordos, como sinónimo del diálogo entre personas que no quieren prestar atención o tener en cuenta los argumentos del otro. Es una expresión que no sólo se utiliza habitualmente en castellano. La prestigiosa agencia France Press, por ejemplo, la utilizaba en un titular de su servicio de noticias del pasado 15 de septiembre ( ‘Dialogue de sourds entre gouvernement et syndicats’). Nuestros lectores se refieren a la información publicada el día 6 de septiembre sobre la reunión mantenida por el presidente Rodríguez Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy. La expresión diálogo de sordos se utilizaba en el título del pie de fotografía de la portada del diario y en el titular de apertura de la sección de Política.

Montserrat Milian dice sentirse indignada por el uso de dicha expresión a propósito de la reunión entre ambos líderes políticos. Y añade: ‘Los sordos dialogan. Se comunican. Hablan. Pueden hacerlo en lenguaje de signos, en catalán o castellano. Pueden ser bilingües o trilingües. Mi hijo habla en catalán, castellano, lenguaje de signos y tiene conocimientos de inglés. Si los políticos no se comunican no es porque sean sordos, ya que los sordos, igual que quienes oyen, pueden querer o no querer hacerlo’. En el mismo sentido se expresa otro comunicante, Manel Pla, quien considera que utilizar esta expresión ‘denota LA CONCLUSIÓN LÓGICA es que debemos mejorar la coordinación entre las secciones para evitar molestas confusiones poca sensibilidad por parte de la redacción’. Reitera los argumentos de la carta anterior y acaba su comunicación con un mensaje claro y sencillo: ‘Por favor, cuiden los detalles, miles de personas se lo agradecerán’. Magí Camps, responsable del área de Edición y coordinador del equipo redactor del Libro de redacción de La Vanguardia,puntualiza que ‘la lengua está llena de frases hechas inocuas, pero no es el caso de esta expresión, desafortunada porque es ofensiva para una parte de la ciudadanía. Los periodistas debemos evitar caer en estos tópicos, por innecesarios y por irrespetuosos. Tomamos nota’.

SUMARIO INEXACTO. El lector Joan Cortey Serrano relata: ‘El 8 de septiembre leí en el sumario (que se publica en la página 2) una información sobre la opinión que tiene José María Aznar del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que se publicaba en la página 16. Por más que busqué no encontré el artículo, ni en esa ni en ninguna otra página’. Pau Baquero, redactor jefe de Continuidad, la sección que confecciona el sumario, aclara el error: ‘Efectivamente, en la primera edición del diario figuraba en la página 16 de la sección Política una información con declaraciones de José María Aznar en Argentina. En la segunda edición, la sección realizó cambios y esa información desapareció. Pero no fuimos informados de la modificación y el sumario no se actualizó, lo que provocó la confusión de los lectores que recibieron las siguientes ediciones’. La conclusión lógica es que debemos mejorar la coordinación entre las secciones para evitar molestas confusiones.’