Saturday, 23 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1315

Carles Esteban

‘El humor gráfico y la ilustración artística es una vieja tradición en la prensa en todo el mundo, y ha dado verdaderos maestros del género a lo largo de la historia del periodismo. Y no digamos en los casi 125 años de existencia de La Vanguardia, en cuyas páginas han publicado ilustraciones y viñetas autores de la talla de Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Josep Lluís Pellicer, Luis Bagaría, Guasp, Hernández Pijoan, Fresno, Muntañola, Jaume Périch o Máximo, entre otros, y más recientemente, Oli, Farreras y el colectivo El Burladero, además de quienes hoy se ocupan de esta labor, que son el equipo formado por Ventura & Coromina en las páginas de Opinión, Toni Batllori en las de Política, y Kap y Guillén en la Revista. El humor gráfico y la ilustración han tenido siempre un tratamiento preeminente. Entre la prensa de prestigio no es extraño que, como en el caso de nuestro periódico, vaya situado en la página donde se publican los editoriales, en los que el diario ofrece su posicionamiento sobre los temas de actualidad. Es, pues, un elemento de gran relieve informativo y que obliga a sus autores a un plus de sutileza y responsabilidad. De sobras es conocido que muchos lectores de periódicos se orientan sobre la línea editorial, intuitivamente, más por el contenido de las tiras cómicas e ilustraciones que por sesudos editoriales.

El pasado 13 de noviembre, la viñeta que firman Ventura (dibujante) y Coromina (guionista) estaba dedicada a la manifestación que el día anterior se había celebrado en Madrid en protesta por la ley orgánica de Educación (LOE) y que reunió a cientos de miles de personas. Bajo el título ‘Postales celtíberas. Pasacalle’, el dibujo mostraba a un grupo de manifestantes que llevaban una gran pancarta que rezaba ‘¡Ni brut ni estatut! ¡Cava constitucional!’ y otras de menor tamaño con lemas como ‘¡Abajo la gauche divine!’ ‘¡Viva la Cope, Losantos y los obispos!’ y ‘ ¡No al laicismo!’ .

Varios lectores se han dirigido al Defensor del Lector mostrando su disgusto con la ilustración. Manuel Alfonseca remite un correo electrónico en el que señala: ‘ ¿A qué juega La Vanguardia publicando en la página de los editoriales un chiste que no se corresponde con la realidad, y cuyo único objetivo parece ser echar leña al fuego del anticatalanismo y del boicot?’. El suscriptor Vicente García Alonso, por su parte, remite otro correo electrónico en el que explica: ‘Asistí con mi hija, junto con el esplai de una parroquia de Barcelona, en dos autocares, a la manifestación contra la LOE en Madrid (…) Animados por el tono festivo y jovial de los jóvenes, y sin connotaciones agrias o estridentes, estuvimos todo el rato armando bullicio con banderas catalanas y pancartas contra la LOE, exigiendo el derecho -recogido por la Constitución- que asiste a los padres para elegir libremente la formación de sus hijos… Quiero expresar mi queja por el chiste facilón de Ventura & Coromina en el que subliminalmente se pretende asimilar a todos los que asistimos a ella con la derecha centralista, los postulados de la Cope -que por cierto estuvo muy respetuosa en todo el acto- , obviando que no fueron los obispos ni el PP los convocantes de la manifestación, sino asociaciones de padres de alumnos e incluso sindicatos (USO). Puedo asegurarle que no vimos pancartas contra el Estatut ni el cava, y en cambio sí recibimos felicitaciones por habernos trasladado de tan lejos en un solo día por un motivo que entendemos val Ì a la pena’ .

El guionista del chiste, Toni Coromina, responde así a las críticas: ‘Lamentamos y comprendemos el enfado de algunos lectores y asistentes a la manifestación contra la LOE, que no se sienten identificados con el espíritu jocoso de la viñeta. Pero el humor gráfico no es un tratado de justicia ni un editorial que se ajuste a los parámetros de la lógica periodística habitual. Sólo es una vacuna surrealista contra la rabiosa actualidad. Sabemos que la mayoría de los manifestantes ejercían su incuestionable derecho democrático a la protesta. Pero también es cierto que en este país hay individuos que mezclan la gimnasia con la magnesia, el cava con el Estatut, la enseñanza con la política partidista (del signo que sea) o la radiofonía con el insulto procaz. No somos partidarios del boicot al cava y ni adalides del anticatalanismo, dos actitudes que denunciamos. Somos dos humoristas, nada más…’

YONQUIS. El doctor Jordi Delás escribe al Defensor del Lector a propósito de una información aparecida en la sección Vivir el jueves 3 de noviembre, sobre la venta y consumo de droga en Pont del Dragó. El lector-doctor se queja de que la información se ilustró con una vieja foto, de abril del 2005, que mostraba a unos vecinos portando pancartas, en algunas de las cuales se lee ‘Yonquis no’ y con un pie de foto que decía ‘ Protesta de vecinos contra los yonquis en Pont del Dragó en abril del 2005’. Señala el lector que ‘en el texto no se recogen denominaciones peyorativas en las actuales declaraciones de los vecinos, con lo que es posible preguntarse si no se hubiera podido evitar el pie de la foto antigua. De todas las denominaciones para referirse a una persona que consume drogas no legales, es probable que una de las más peyorativas sea precisamente yonqui. Podrá decirse que, en ocasiones, el mismo consumidor as Ì se autodenomina, pero una cosa es decírselo uno mismo y otra es usarlo para referirse desde los medios de comunicación a personas con ya notable pérdida de su autoestima’.

El lector prosigue con una reflexión que me parece oportuno tener en cuenta: ‘ Probablemente el periodismo de denuncia, sin otro objetivo, ha tocado techo. La profusión de imágenes y relatos desoladores lleva a la insensibilidad de quien acaba pensando que nada se puede hacer. Cabe dar paso al periodismo de investigación -más laborioso y reflexivo- que presenta el problema y también posibles soluciones emanadas de los diferentes participantes y de quienes trabajan en su abordaje. En este sentido se ha de loar el último párrafo del texto, en el que se cita que la asociación de vecinos ha propuesto, dentro de un programa más amplio para drogodependientes, habilitar una sala de venopunción en el centro de atención primaria del barrio. Los vecinos quieren soluciones y presentan alternativas’. Nada que objetar, sino al contrario, a la interesante reflexión del lector. Yde nuevo un toque de atención a las secciones del diario a la hora de seleccionar fotos de archivo para ilustrar artículos de actualidad. El paso del tiempo no siempre hace justicia a la realidad.’