Tuesday, 26 de November de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1315

Tomàs Delclós

“Tercera entrega de comentarios de lectores a propósito de errores ortográficos o gramaticales. Algunos son obvios. Otros, sin embargo, no lo son, pero reproduzco la mención porque son dudas lógicas.

Concordancias. Jesús Gámiz remitió en una carta tres avisos. ‘Ninguna de las reformas acometidas han alterado…’. Error de concordancia, haber concuerda con ninguna, no con reformas. ‘Contrariamente a lo que nos hacen crear’. Error de ortografía, que achaco a las prisas redactando. Es creer, no crear. ‘Un grupo de activistas han difundido un vídeo’. De nuevo mal la concordancia, el verbo concuerda con grupo, no con activistas’.

‘Son el periódico líder en lengua española, como no se cansan de repetir a la más mínima ocasión, dicho sea sin acritud ninguna. Sin embargo, esto también conlleva una cierta responsabilidad: recuerden que muchos de sus textos se estudian en institutos de enseñanza secundaria. Entre toda su plantilla, ¿de verdad no hay nadie encargado de revisar lo que se sube a la web?’.

Las dos primeras son errores sin paliativos. En el tercer caso, sin embargo, según me comenta Ana Soriano, correctora, los nombres colectivos (grupo, muchedumbre…), cuando llevan un complemento especificativo, admiten la concordancia en plural.

Peludo. Guillermo explica: ‘Abro una noticia de portada de la versión digital y leo: ‘…Lo tendrá mucho más peludo debido a la sanción de cinco puesto que los comisarios le…’ . Imagino que el periodista quería escribir peliagudo y puestos (en lugar de puesto). En menos de 10 palabras hay dos errores tipográficos (porque quiero pensar que ambos lo son…).’

Comprendo que no todos los textos se pueden releer varias veces por un equipo dedicado solamente a esa tarea, pero en este caso, el lector puede tener la impresión de que ni siquiera el propio periodista se ha parado a mirar dos veces lo que ha escrito. Esto es solamente un ejemplo de algo que creo que viene sucediendo con gran parte de las noticias que se publican en red. ¿Tan complicado sería eliminar este tipo de errores?’.

Con respecto a peludo, la RAE lo admite en el sentido de difícil en el español de algunos países americanos, como El Salvador, Honduras o Nicaragua.

Avisar y advertir. Vanessa Lobo critica la omisión de la preposición de en palabras como advertir o avisar. ‘Cada vez se omite más estas preposiciones en multitud de expresiones que sí la requieren: *antes que, *informar que, advertir que VS advertir de que (existen las dos pero con significados diferentes)’. El caso de advertir es complejo y el Libro de Estilo detalla el criterio de uso de la preposición en una extensa entrada que afirma: ‘El verbo advertir cambia de significado según lo acompañe o no la preposición de. ‘Advertir de algo’ significa avisar sobre un hecho del que se puede derivar alguna consecuencia, y ‘advertir algo’ significa ‘darse cuenta de ello’. Además, este verbo tiene también valor de admonición —poco empleado en prensa—, pero en tal caso precisa el uso de subjuntivo en la oración completiva: ‘te advierto que no me grites’, ‘le advirtió que no le gritara’. Las dudas se suelen plantear precisamente en las oraciones de complemento directo: ‘Antonio advierte que hay que llegar a un acuerdo’ significaría que se apercibe de esa necesidad. Y ‘Antonio advierte de que hay que hay que llegar a un acuerdo’ implica que avisa a alguien de ello. En este segundo caso, por considerar equivocadamente que toda construcción con de es errónea, se suele suprimir la preposición. Para comprender si en un verbo, sea el que sea, rige la preposición de, se pueden aplicar tres trucos: —Imaginarse la oración en pasiva: ‘Eduardo es advertido por Antonio…’. En estos casos suele salir intuitivamente cómo continúa la frase: ‘… de que hay que llegar a un acuerdo’; y no ‘es advertido que hay que llegar a un acuerdo’. —Sustituir la oración completiva (‘… que hay que llegar a un acuerdo’) por un pronombre: ‘Antonio advierte esto’ (se da cuenta); ‘Antonio advierte de esto’ (avisa); ‘Antonio está seguro esto’ (incorrecto); ‘Antonio está seguro de esto’ (correcto). ‘Antonio alerta esto’ (incorrecto); ‘Antonio alerta de esto’ (correcto). Y así sucesivamente. —Convertir la frase en interrogativa: ‘¿de qué advierte Antonio?’, ‘¿de qué informó?’, ‘¿de qué está seguro?’, ‘¿de qué alerta?’. En la mayoría de los casos, la intuición ayudará al redactor a hallar la solución adecuada y a desechar fórmulas como ‘¿qué alerta Antonio?’, ‘¿qué está seguro Antonio?’.

En el caso de avisar, subraya Soriano, María Moliner lo acepta con y sin de.

Plugo. Un lector señala que el buen prosista Juan José Millas, en su página denominada La imagen titulada, además ‘Sintaxis y sindéresis’, en el último párrafo escribe la palabra plugo, que juzga inexistente. Sin embargo, la RAE, en la conjugación de placer, la incluye como una posibilidad del pretérito indefinido (‘plació o plugo’).

Cui prodest. Anahí Seri subraya que en el artículo de opinión sobre Aguas de Valencia aparece la expresión qui prodest. Debería ser cui prodest. ‘Es un dativo, no un nominativo’.

Descuidos. Un lector remite una carta en la que destaca que en dos artículos se repiten palabras o se escriben mal sin que este caso se deba a una confusión ortográfica. Simplemente reflejan dejadez en la edición, algo que se repite con lamentable frecuencia. Las frases son ‘si aumenta el gasto en junio, en parte será a costa del gasto farmacéutico en julio, por o que para valorar el impacto del copago aporbado por Sanidad…’. El otro texto que cita dice: ‘Su intención fue siempre, remarca también un portavoz de Sanidad, irse una vez puestas en marcha las políticas las políticas farmacéuticas que inicia ahora el ministerio de Ana Mato’.

Pie de foto. En este caso no se trata de un error ortográfico. Por cuatro veces, la última en julio, José Manuel López Eiris ha remitido una corrección a un pie de foto publicado en la edición de Galicia sin que apareciera la debida fe de errores. Se refiere a una foto publicada el 23 de diciembre del año pasado en el artículo ‘Cunqueiro e sen compromiso’, en la que se lee: ‘Representación d’O ano do cometa polo Centro Dramático Galego en 2004’. El lector documenta que la foto es de la representación de ‘O incerto señor Don Hamlet, principe de Dinamarca, de Alvaro Cunqueiro. Se trata de una producción de la Escola Dramatica Galega del año 1979, dirigida por Manuel Lourenzo.

Condicionalidad. Enrique Font remite una reflexión sobre palabras que se ponen de moda. Dice así: ‘No alcanzo a entender por qué extraño motivo algunas palabras o expresiones realmente extravagantes acaban poniéndose de moda (¿quizás tengan su origen en una mala traducción?). Me viene a la cabeza, por ejemplo, la expresión hoja de ruta con que nos han machacado durante meses en los informativos. Ahora, desgraciadamente, parece que empieza a ganar adeptos el término condicionalidad, que aparece en su editorial de 3 de agosto de 2012. ¿Qué tiene de malo hablar simplemente de condición o condiciones? ¿Qué valor añadido (ahí va otra de esas desafortunadas expresiones) aporta el uso de condicionalidad? ¿Esnobismo? ¿Es posible que se trate de un intento deliberado de que los ciudadanos no entendamos ni siquiera afirmaciones relativamente sencillas (como que el BCE va a exigir condiciones draconianas a cambio de un posible rescate a España)?’.”