‘El lector Ramon Sala i Gasset, profesor de Física, me envió un mensaje electrónico en el que, además de incluir unas observaciones generales sobre el tratamiento de la ciencia en ‘La Vanguardia’, formula una denuncia concreta sobre la imagen que incluyo en esta crónica.
Extracto la parte sustancial del escrito de este lector de Barcelona: ‘La noticia publicada por este diario el pasado 20 de febrero con el título ‘Fundido a negro’ contiene una imagen que en ningún momento se dice que sea una recreación artística del fenómeno que explica la noticia: la supuesta absorción de una estrella por un agujero negro. El origen de la noticia consultable en las webs especializadas de la NASA y distribuida por diversos medios electrónicos incluye esta imagen con el matiz que corresponde a una recreación hecha por un artista sobre cómo sería la ‘caída’ de una estrella en un agujero negro y no una fotografía real’.
Añade el lector en esta parte de su carta: ‘No es propio de ‘La Vanguardia’ ni de ningún otro diario riguroso no hacer esta acotación al pie de la foto o en algún lugar del cuerpo de la noticia. Más grave aún es el hecho si tenemos en cuenta que el subtítulo (‘Los astrónomos observan una estrella como el Sol al morir desgarrada por la gravedad de un agujero supermasivo’) reforzaría la validez de la evidencia de la imagen. Además, el mismo texto del subtítulo es discutible puesto que sugiere una observación directa del fenómeno que tampoco no es el caso, ya que una traducción acurada de la fuente de la noticia distribuida por la NASA dice que los astrónomos tienen pruebas importantes del fenómeno (‘strong evidence’) y no observación directa como puede sugerir el subtítulo de la noticia’. Veamos el caso.
Efectivamente, los textos adjuntos a la imagen publicados aquel día en ‘La Vanguardia’ nada aportaban que informara sobre la auténtica naturaleza de la imagen. En el crédito de la foto sólo figuraba ‘NASA/ AP’ y en el pie la siguiente leyenda: ‘La gravedad del agujero negro ha deformado la estrella hasta destruirla’. Datos equívocos.
He visto en la sección de Fotografía cómo se explicó esta imagen en su origen. La agencia ilustraba a los periodistas para que a su vez informaran a los lectores. Junto a la descripción de los símbolos de la imagen iba este crédito: AP Photo/Credit: Illustration: NASA/CXC/M.Weiss. Y un dato adicional decía: ‘Artist’s sketch released by NASA’.
Los avances en tratamiento de imágenes exigen advertir al lector de la naturaleza de un documento visual que el diario inserta.
Planteé esta queja al periodista Josep Corbella, autor de la información que incluía esa imagen. Aduce: ‘La imagen, donde la trayectoria de la materia se representa con una flecha blanca y la estrella se muestra dos veces (antes y después de ser deformada por la gravedad del agujero negro), basta para que un lector inteligente comprenda que se trata de una ilustración’. Muy revelador.
Esa explicación tenía que darse aquel día. No corresponde a los lectores descubrir la naturaleza de una imagen mediante deducciones, a las que no ayudaba, en este caso, la ambigüedad del texto. Es a los periodistas a quienes corresponde facilitar la comprensión de la realidad y de los documentos, incluidos los visuales. En eso consiste precisamente una de sus funciones profesionales: disipar toda sombra de duda. La agencia supone que los periodistas son inteligentes y, sin embargo, describió todos los detalles de la imagen para que los dieran a sus lectores.
Me ocupé de un caso semejante en la crónica de defensor del 10 de septiembre del año 2000. Era el caso de una imagen de un avión Airbus estacionado ante un hangar, realizada con ordenador y presentada también con apariencia fotográfica. El periodista responsable se disculpó así de aquella distorsión informativa: ‘Quizás hubiera debido explicitarse en el pie correspondiente que la imagen de ese avión era virtual. Decidí no hacerlo porque consideré que a lo largo del artículo se explicaba que se trataba de un proyecto’. No demos nada por supuesto.’