Thursday, 26 de December de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1319

Josep M. Casasús

‘Espero que mis amigos de los Campos Cataláunicos, después de tan gran batalla, tengan un lugar para la sonrisa’, escribió un lector anónimo. Era una nota enviada a La Vanguardia el pasado 21 de noviembre a propósito de la noticia publicada dos días antes sobre el descubrimiento en Catalunya (concretamente en Els Hostalets de Pierola, Anoia) de un antropoide de la especie que los paleontólogos han denominado científicamente Pierolapithecus catalaunicus, más conocido con el nombre de Pau.

Sobre el mismo caso me telefoneó el lector Eduard Baldirà el mismo día de aparecer por vez primera en las páginas de La Vanguardia el término catalaunicus aplicado por los científicos al fósil hallado en las tierras catalanas de la comarca del Anoia.

Considera este lector que el vocablo catalaunicus no evoca Catalunya sino más bien los Campos Cataláunicos, vasta llanura que rodea la población actual de Châlons-sur-Marne, cerca del Marne, en Francia. Es un paraje en el que fue derrotado Atila, rey de los hunos, en el año 476 de nuestra era.

Otro lector, Jaume Serra, también sostiene que la palabra catalaunicus se presta en este caso a que alguien pueda pensar que Pau (nombre popular que los propios científicos han dado a estos restos) no ha salido de las tierras catalanas, sino del norte de Francia. ‘Más correcto sería -dice este lector- utilizar las voces catalanidus o catalanicus’.

Un tercer lector, Ricardo Martínez, interesado también por el caso, aportó más datos.Me explicó que los cataláunicos nada tienen que ver con los catalanes puesto que aquellos eran individuos pertenecientes a una tribu céltica, citada en las fuentes latinas tardías, que poblaba tierras germánicas.

-Los cataláunicos habitaban la Belgica Secunda. Su ciudad principal era Catalaunum, la actual Châlons-sur-Marne, capital del país de Catalaunia. En un lugar de esta región, los Campos Cataláunicos, Atila fue vencido por Aecio al frente de las fuerzas aliadas de romanos, burgundios y francos -añadió este lector-.

-¿Pau fue hallado en la tierra cataláunica,en la actual Champaña francesa, o en la tierra catalánica,en la actual Anoia? -preguntó después el lector con toda la intención-.

-¿No hay ninguna relación entre la antigua Catalaunia y nuestra Catalunya? -pregunto a mi vez a este lector al advertir que estaba tan enterado-.

-Tenemos algo en común: el vino espumoso. Pero Pau es mucho más catalán que el champán… -apostilló el lector-.

-De acuerdo, ¿qué quiere que haga como defensor o como mediador? -pregunté-.

-Pues poca cosa: pedirle si puede aclarar si lo de cataláunico ha sido un error, y felicitar a La Vanguardia y al periodista Josep Corbella por la información que han dado del tema. He leído hoy (20 de noviembre) que hace meses La Vanguardia sugirió a los descubridores el nombre de Pau como símbolo pacifista -concretó este lector-.

Pregunto sobre el término cataláunico al periodista Magí Camps, jefe de la sección de Edición, coodinador además del nuevo Libro de redacción de La Vanguardia que la editorial Ariel ha puesto ya a la venta en toda España: ‘Los brumosos días de la edad media se ciernen sobre estos términos. Desde la caída del imperio romano hasta la consolidación de las lenguas románicas, unos cuantos siglos de nuestra historia se dibujan y desdibujan constantemente. Los historiadores intentan iluminar aquel periodo, pero las fuentes son irregulares. Y en cuestiones lingüísticas, aún más. El origen del topónimo Catalunya es ya en sí mismo un gran misterio. Teorías las hay para todos los gustos, pero ninguna que, por su coherencia o verosimilitud, se imponga. El gentilicio correspondiente, pues, también siguió sus propios derroteros, y la evolución del latín vulgar hasta las lenguas romances echó el resto. El román paladino correspondiente a la Marca Hispánica mezcla y confunde catalanes y cataláunicos,hasta el punto de que este segundo adjetivo se usa en la actualidad sin complejos, olvidando la homonimia con los campos septentrionales, y así se denomina en algún documento al conde de Barcelona: princeps catalaunicus.

Josep Corbella ya se interrogó al respecto cuando cubrió la noticia del descubrimiento de Pau y así lo preguntó a Jordi Agustí, director del Institut Paleontològic de Sabadell, al que pertenece Salvador Moyà, el descubridor. Su respuesta se sitúa en esta misma línea: los descubrimientos en tierras catalanas a los que se les pone el gentilicio se acostumbra a bautizarlos así –catalaunicus- desde hace décadas’. EL PREFIJO CAT,que coincide con las tres primeras letras de cataláunico y de catalán, motivó, por otras razones, la llamada telefónica del lector Ignasi Ferrer, el pasado 6 de diciembre, día de la Constitución.

Correspondí aquella tarde al aviso que había dejado en el buzón de voz del defensor.

-Tengo dudas sobre el origen etimológico de la palabra catacumba,que ayer aparecía en el recuadro de la primera página de Religión de La Vanguardia -dijo este lector-.

-¿En qué sentido? -pregunté.

-Pues que allí se dice que catacumba es una palabra formada por dos voces griegas: kata (cerca) y kimba (agujero) -contestó-.

Llamé a este lector desde mi despacho, el de casa, como hago los días festivos, y acudí al Diccionari etimològic i complementari de la llengua catalana,de Joan Coromines, antes de consultar el diccionario de Lengua Griega, que no tenía tan a mano.

Dice el Coromines respecto a cata-cat:’Formas prefijadas del griego katà (debajo, abajo)’.También vi esta acepción en mi diccionario de consulta de griego.

Pedí ayuda aquella tarde a un amigo experto en estas materias. Me ha rogado que no le identifique. Corroboró este sentido del prefijo cat con el significado de debajo, abajo. Pero también me ilustró sobre otros aspectos de la sílaba cat.

Cat/a denomina también a los individuos de un pueblo germánico que habitó las tierras entre el Rin, Meno y Lahn, uno de los más hostiles a la ocupación romana durante los reinados de Augusto y Tiberio -me dijo después de consultar él en su biblioteca-.

Y añadió, después de ampliarle yo la consulta sobre el término cataláunico: ‘Anota que Ramon Berenguer III aparece aludido como catalanicus heros en el poema Liber Maiolichinus, obra pisana en latín escrita hacia el año 1114’. Dejémoslo así por hoy.’